El responsable del programa del Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias habla sobre el certamen y su próxima edición

(© Luz Sosa/FICMEC)

El Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias (FICMEC) celebrará su 25.ª edición el año que viene, en las localidades tinerfeñas de Garachico del 25 al 30 de mayo y en Buenavista del 2 al 4 de junio. Hablamos con su director artístico, David Baute, para saber algo más sobre él.

Cineuropa: ¿Qué inspira el FICMEC y cómo está evolucionando?
David Baute: El FICMEC nació en 1982, en el Puerto de la Cruz impulsado por artistas como César Manrique y Pepe Dámaso (actual presidente de honor), bajo la dirección del periodista Alfonso Pérez Orozco, siendo el primer festival de esta temática a nivel internacional. Este evento, pionero en vincular cine y medioambiente, en unos años en los que la producción de cine medioambiental no era tan prolija, lo hacía a través de películas comerciales que coqueteaban con esta temática, y de documentales de naturaleza que tenían un tono más televisivo. Con el desgaste de los años complejos financieramente y los cambios políticos, el festival cesó su programación en 1995, y tuvimos la suerte de recuperarlo en 2009 con una programación cinematográfica que hablaba de la relación del ser humano y la naturaleza desde lo reflexivo y artístico. Era importante que este festival tuviera continuidad en un territorio insular como Canarias, cuya fragilidad y riquezas naturales lo convierten en escenario ideal para el debate cultural y medioambiental.

Hoy, muchas distribuidoras y productoras internacionales desean ser programados en FICMEC, con estrenos nacionales o europeos. El festival ha crecido en muchas capas, no solo con su Sección Oficial cinematográfica, sino también con una serie de muestras paralelas y actividades como Ecoislas (para producciones realizadas en territorios insulares) o Vulcanalia (un acercamiento al mundo de los volcanes desde la cinematografía y fotografía). Desde hace 10 años el programa Jugando en Verde genera pensamiento sobre el mundo de los videojuegos, planteando otro tipo de producción más responsable. Las jornadas sobre cine se amplían a talleres, debates, charlas y otras actividades vinculadas con la sostenibilidad y su importancia para el ser humano. 

Con los años nos sentimos muy orgullosos de haber creado un equipo para el festival con jóvenes de la comarca, que hemos formando en tareas de producción y coordinación del evento, para generar un festival sostenible desde la organización. Hoy son grandes profesionales y el evento está enraizado con la gente del lugar 

¿Cuáles son sus objetivos en cuanto a la sensibilización y la educación medioambiental, así como al cine sostenible?
Desde sus inicios FICMEC ha trabajado la sostenibilidad medioambiental en las producciones cinematográficas, a través de la programación de actividades y programas que pretendían generar conciencia sobre el impacto y la huella de carbono que tienen los rodajes. Queríamos que se hiciese otro tipo de cine más responsable, y por suerte en los últimos años todos los festivales y eventos cinematográficos tienen alguna sección en la que se habla de rodajes sostenibles, lo que ha generado una mayor conciencia en las productoras. Recuerdo cuando hace siete años la Seminci de Valladolid nos visitó para ver nuestros trabajos sobre la sostenibilidad en los rodajes, que luego generó en su festival a través de jornadas,  y también se inspiró en nuestras propuestas la Academia de Cine, que nos acompañó algunos años, y que hoy dedica un esfuerzo importante a la producción responsable del cine español.

Por otro lado, desde sus inicios el festival implementa medidas de sostenibilidad en su producción, algo que ahora es muy usual en los festivales, pero que hace 40 años nadie lo planteaba. Trabajamos mucho en minimizar la energía que se utiliza en el festival no procedente de energías renovables, y la eliminación de residuos que genera el festival. Este evento es sostenible en su organización y en su financiación, y nos sometemos a estudios y auditorías ambientales cada año.

¿Cuáles son los logros y cuáles los desafíos del festival?
El festival se sustenta en dos importantes logros: una programación cinematográfica cuidada y una itinerancia que la ha dado a conocer. Recientemente hemos generado el proyecto Cinemóbil: una furgoneta que se carga con placas solares y cuyas baterías permiten recorrer zonas rurales y proyectar cine en cualquier lugar. Con esta iniciativa impulsada por Turismo de Canarias, damos la posibilidad a que la cultura se descentralice mucho más y que todo el mundo tenga acceso de verdad a un cine autoral, a charlas con sus creadores, talleres.... Es así como se hace accesible la cultura cinematográfica.

Los festivales de cine medioambientales son importantes, es una necesidad y ayudan a generar conciencia. Nosotros lo hemos vivido a lo largo de todos estos años con público que se acercó al festival y se ha enganchado a su programación, generando cambios en su forma de pensar la cuestión medioambiental. Somos un festival de cine y cuidamos mucho la programación, pero también lo social y lo humano de un evento de estas características. Lo que rodea el festival es lo que más nos emociona y nos ayuda a continuar con el proyecto.