Aunque su mujer, Martina, no tiene mucho tiempo y su hija, Jenny, ningún interés, Thomas, un agradable hombre en los cuarenta, ha decidido irse a esquiar y tomarse unas relajantes vacaciones en los Alpes suizos. Las cosas se complican más de lo esperado cuando se les une Sarah, la hija de su jefe. Con la esperanza de que las dos quinceañera se lleven bien, Thomas les da permiso para ir de fiesta al pueblo, a pesar del escepticismo de su mujer. La noche tiene consecuencias irrevocables para Sarah y Thomas, el único que sabe lo que pasó. En vez de abarcar el problema, Thomas lo elude y acaba enredado entre medias verdades y descaradas mentiras. Está dispuesto a hacerlo todo para encontrar una solución “pacifica”, por la fuerza, si fuera necesario. La tercera película de Micha Lewinsky pone en relieve al brillante Devid Striesow, cuyo personaje pasa de la normalidad a la locura.