03/12/2012 - La directora francesa habla de su último trabajo, Three Worlds, y del lugar de las mujeres en los festivales y la industria

Once años después de que participase en la competición de Cannes con La Répétition, la directora Catherine Corsini ha vuelto al certamen francés por la puerta grande con Three Worlds [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], una cruda disección de las dramáticas consecuencias de un accidente de tráfico. La cinta fue presentada en la sección Un Certain Regard, donde Cineuropa tuvo la oportunidad de charlar con ella sobre la película, así como sobre el lugar de las mujeres en los festivales y la industria.

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Cineuropa: La película inicia con un gran impacto. ¿Quería usted asegurarse de que tenía la atención del espectador?
Bueno, es muy importante. Mientras preparaba la película hablé con un policía sobre los accidentes en que el culpable huye y me dijo: “Si tuviese un accidente, si hubiese hecho algo así, ni siquiera yo estoy seguro de lo que haría”. El golpe es tan impactante para el que lo provoca como para la víctima. Oí una historia de alguien que había causado un accidente y luego condujo en estado de shock durante centenares de kilómetros, no sabía cómo reaccionar, se dejó llevar.

En torno al accidente gravitan los tres mundos que dan título a la película, que parecen ser muy distintos pero al mismo tiempo parecidos, ¿verdad?
Quería personajes atrapados en situaciones complejas, pero que no por ello dejasen de ser gente normal, no lo típico de un parisino rico y otro muy pobre. Es gente que está tan cerca como lejos los unos de los otros. Podrían formar parte de la misma historia, o en el mismo restaurante, no son completamente distintos. Son mundos algo distintos. Un personaje es más intelectual, otro es mucho más competitivo, mientras que la mujer moldava lucha contra el rechazo de la sociedad, causa de su rabia. Sus dramas son distintos. Juliette quiere que todos se reconcilien, juntar a todos, siente empatía por todos. El conductor tiene miedo de asumir su responsabilidad, siempre está escapando, vive un dilema moral. Es un buen chico, pero toda esta situación le ha hecho darse cuenta de que tiene que volver a evaluar su vida. Vera vive una situación kafkiana. Tenía muy poco y ahora no tiene nada.

El festival arrancó con una gran polémica sobre las pocas mujeres directoras seleccionadas. ¿Está usted de acuerdo?
Cannes es a menudo terreno abonado para la polémica y esa fue la de este año. De los miles de películas que se hacen cada año, muy pocas son de mujeres, así que Cannes no es sino una representación de la falta de directoras en general. Lo que sería realmente excepcional, lo que provocaría un gran debate, sería que la mitad de las películas seleccionadas las dirigieran mujeres, pero Cannes no tiene la culpa de esto. Es la industria en general la que tiene que cambiar. Quién decide qué películas se hacen. Todos hemos sufrido la influencia del punto de vista masculino y a pesar de todo hay maravillosas películas sobre mujeres hechas por hombres.

¿Quizás haya que culpar también al público, que ha sido programado para esperar y aceptar el punto de vista masculino en vez del femenino?
Bueno, está el público, pero también están los críticos. La mayoría de críticos son hombres, la gente que toma decisiones en la industria también son hombres y todos estos factores entran en juego y hay que cambiarlos. El concepto de mujer fatal, tratar a las mujeres como objetos, todos esos iconos cinematográficos. Pero por fortuna también el punto de vista masculino ha evolucionado. Creo que la historia del cine está aún en una etapa inicial y las mujeres encontrarán su lugar.

¿Está trabajando en algún proyecto ahora?
Hay proyectos. Siempre tengo proyectos en mi mochila, ideas de historias, pero por ahora nada concreto. En cualquier caso, después de algo tan oscuro como esta película, me gustaría hacer algo más ligero. Estoy acercándome a algo quizás menos planeado; tal vez incluso se trate de una medio comedia.