17/01/2013 - Lasting, estrenada en Sundance antes de viajar a Róterdam, es el cuarto largometraje de este artista en busca de verdades emocionales.

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entrevista: Jacek Borcuch
ficha de la película], del polaco Jacek Borcuch, ha celebrado su estreno europeo en el festival de Róterdam, en la sección Spectrum. Se trata del cuarto largometraje de ficción del director tras Caulliflowerr, Tulips y All That I Love [+lee también:
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ficha de la película] (seleccionada en Sundance en 2010 y candidata polaca al Oscar en 2011).

Cineuropa: Usted estudió piano, quiso ser cantante de ópera y probó con el oficio de actor antes de convertirse en director. ¿Por qué terminó escogiendo este camino?
Jacek Borcuch: Se le olvida otra etapa: estudié filosofía. Durante mucho tiempo, he tratado de buscar mi lugar. Después de actuar en La deuda, de Krzysztof Krauze, sentí mucho cansancio, sentía que estaba haciendo algo artificial: era finales de los años 90, una época muy difícil para el cine polaco, pero, al mismo tiempo, llegaba una tecnología que permitía rodar de forma independiente, por cuenta propia.

Esta apertura a disciplinas artísticas tan diferentes ha debido influir en su creatividad. ¿Le dio una mayor perspectiva en su forma de ver el mundo y la realidad?
Exactamente. Siempre me han atraído varias cosas a la vez y he tenido muchos intereses; no para ser mejor director, sino como una especie de atavismo. Nunca satisfago mis intereses porque guardo incertidumbre en torno a mi actitud frente a la vida y el arte. Nada me resulta evidente; no veo simples verdades.

Sin duda, es esa inquietud la que vuelve sus películas tan emocionales y subjetivas.
Sí, todo lo que escribo lleva impresas mis emociones. No soy un guionista profesional capaz de desarrollar varias intrigas a la vez y de escoger, desde la distancia, la mejor versión. Siempre trabajo en una sola historia, durante un año, y no soy capaz de escribir separándome de mí mismo; pero no por ello mis historias son copias exactas de mi vida: eso sería muy aburrido. Quiero transmitir una especie de verdad, reflejar mis emociones de manera que todo el mundo entienda la película.

A propósito de Lasting usted ha declarado: "Decidí dejar a un lado la forma, que siempre me había importado mucho, en pro de la historia, de la verdad. Cuando pienso en mis próximas películas, sé que cada vez seré más radical y tenderé hacia el minimalismo”. ¿Es posible renunciar a la forma?
Me interpreta literalmente. No sé si podemos abandonarla totalmente ya que la forma es como un sello del artista, como su ADN. Pero es verdad que en Lasting me he afanado en que la forma sea clara, en no manipular las emociones del espectador. Sé que tengo facilidad a la hora de poner al espectador en suspensión y mantenerlo en un estado de melancolía. Por eso traté de hacer una película que no tuviera grandes efectos y la simplifiqué hasta donde me resultó posible.

La predominancia de la forma sobre la historia no es tan flagrante en sus anteriores películas Tulips y All That I Love. Parece que da siempre la prioridad al hombre y su verdad.
En efecto, hago un cine totalmente existencial. Lo más importante para mí, es hablar de lo que está en nosotros: el miedo, el deseo, el amor, la indiferencia, la pasión, la nostalgia.

En todas sus películas, también hay luz, hay esperanza.
Porque me decanto del lado de lo humano. Quizá peque de idealista, pero creo que todo mal proviene de una forma de incapacidad, de debilidad del hombre. A pesar de mi agnosticismo, tengo una profunda necesidad de buscar la verdad. Tal vez sea la prueba de que creo en el milagro de la vida.