10/08/2015 - LOCARNO 2015: Cineuropa habla con Alex van Warmerdam sobre su nuevo trabajo Schneider vs. Bax, que presenta en Locarno

Tras representar al cine neerlandés en la competición oficial del Festival de Cannes por vez primera en décadas y triunfar en festivales como Sitges con la compleja Borgman [+lee también:
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entrevista: Alex van Varmerdam
ficha de la película], el cineasta Alex van Warmerdam ha preferido rodar una película que define "ligera como una pluma". La cinta Schneider vs. Bax [+lee también:
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ficha de la película], que presenta a concurso en el Festival de Cine de Locarno, presenta a un asesino a sueldo que recibe un encargo el día de su cumpleaños. Su objetivo a batir es un escritor al que no le llevará mucho tiempo en liquidar. Pero pronto la misión se torna más complicada de lo que en un principio parece. 

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Cineuropa: La premisa en esta ocasión era la de contar un relato más ligero.
Alex van Warmerdam: Casi siempre escribo al inicio del proyecto una sinopsis y una línea de ruta que intento seguir. Esta vez solo me apunté unas ideas y me puse a construir el guion, así que la historia era algo abstracto que se desarrolló mientras la escribía. Me centré más en realizar un ejercicio de estilo y de seguir un ritmo narrativo concreto.

La película no ofrece una razón que justifique los asesinatos que se han encomendado a los protagonistas.
Solo algún personaje da alguna razón, que no tiene porque ser verdadera. No quería dar muchos datos de por qué se llega a esa situación, ya que a veces mostrar la motivación de los personajes puede ser un problema a la hora de que el espectador se identifique con ellos. 

El planteamiento inicial de la historia muestra a dos hombres que se enfrentan armados en un duelo, como en los western. Luego aparecen en escena diferentes personajes femeninos que modifican los clichés masculinos iniciales.
De hecho una de las mujeres termina por comportarse como un hombre. Una de las directrices que siempre le di a la actriz que lo interpreta es que, en un determinado momento de la historia, se convierte en Juanita Calamidad (Calamity Jane). Si jugué con los clichés masculinos no fue algo premeditado; llegó con el proceso de escritura. 

En cierto modo, usted negó que Borgman formulara de forma deliberada una crítica en contra de la burguesía. Pero no es difícil encontrarla de nuevo en Schneider vs. Bax, en personajes que son padres de familia que pagan sus hogares y sus cuidadas fiestas de cumpleaños siendo asesinos a sueldo.
Esa crítica que surge es un efecto secundario, más que un propósito en sí mismo. Dejo que aparezca en la historia, aunque si prestarle mucha atención. En esta película, el contraste entre la perfecta ama de casa preparando una fiesta de cumpleaños familiar mientras el marido está forcejeando con alguien me funcionaba para darle un punto de comedia. 

El humor negro llega mucho más lejos que ese ejemplo. ¿De dónde sacó ese sentido del humor tan oscuro?
Siempre fui un niño difícil y a mis padres les costaba manejarme. Mi hermano pequeño tiene una teoría. Él cree que todo empezó cuando leímos de jóvenes uno de los primeros libros de relatos cortos de Ian McEwan. Uno de ellos habla de una chica que muere ahogada en un canal. Para él fue en ese momento cuando se disparó algo en mi mente y que ahora se refleja en mis obras. 

Su trabajo artístico se expande a otros campos, como el teatro, la pintura y el diseño, pero queda bastante claro que en ningún caso le gusta analizar sus obras.
Es así porque si las sobreanalizo me impongo un mensaje y un significado concreto. Entonces perdería libertad creativa. Prefiero mantenerme inmaculado e inocente ante mí mismo en ese aspecto.