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Tomáš Weinreb, Petr Kazda • Directores

"La cuestión del individuo y la sociedad es ahora más actual que nunca"

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- BERLÍN 2016: Los directores checos Tomáš Weinreb y Petr Kazda hablan sobre su ópera prima, Yo, Olga Hepnarová, el film inaugural del Panorama en la Berlinale de este año

Tomáš Weinreb, Petr Kazda  • Directores

El tándem creativo checo compuesto por Tomáš Weinreb y Petr Kazda prepara guiones, dirige y produce proyectos cinematográficos. Ambos estudiaron en la FAMU de Praga: Kazda se centró en la escritura de guiones, mientras que Weinreb se dedicó al estudio del documental. Juntos, han hecho varias películas de estudiante, escrito varios guiones y fundado, en 2011, su propia productora, Black BalanceYo, Olga Hepnarová [+lee también:
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entrevista: Tomáš Weinreb, Petr Kazda
ficha de la película
]
 es su ópera prima. 

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Cineuropa: ¿Por qué hacer una película sobre la última mujer ejecutada en Checoslovaquia?
Tomáš Weinreb: Queríamos abordar, principalmente, el destino de Olga, que puede ser desconocido para la gente de República Checa y Eslovaquia. Esa situación extrema fue el primer impulso para nosotros, y luego Petr y yo nos pusimos en contacto con Roman Cílek, que nos ayudó a investigar los hechos reales. Todo eso nos pareció interesante: las situaciones, cómo Olga se comporta como una especie de anomalía... aunque no nos hemos olvidado de las víctimas. Sabíamos que era importante pensar en ellas, pero también queríamos evitar una aproximación sensacionalista. Ella era y todavía es una asesina. La película también pretende ser una advertencia.

Petr Kazda: Las circunstancias del acto nos atraían a Hepnarová, así como el hecho de que se justificara por sus acciones. Yo lo percibía en un plano personal; pero, además, estas cuestiones que se sitúan entre el individuo y la sociedad, especialmente a su edad —entre la pubertad y los 22 años—, son universales, me refiero al proceso iniciático y a la lucha por conciliarse con el mundo.

El cine checo reciente presta mucha atención a personajes históricos, como es el caso de Jan Palach en Burning Bush [+lee también:
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, o recientemente, Lída Baarová en la película homónima.
T.W.: No pretendíamos sumarnos a ningún tipo de tendencia. La película oscila entre una biografía y una opinión —la nuestra—, cómo percibimos al personaje, nuestra visión de la pena de muerte... Nosotros decimos que el film es un drama existencialista, y, al contrario que en el drama clásico, en este tipo de drama no hay una némesis directa, no hay un antagonismo en el sentido normal. El fatum existencialista se refiere en este caso a la ansiedad de Olga, el aislamiento de la sociedad y la conexión con sus sentimientos más internos. La protagonista carga con el antagonismo dentro de sí misma y, en parte, este antagonismo también lo causa la sociedad. Es existencialista en tanto que esto es lo que pasa si una persona decide hacer algo así basándose en su propio código moral. Y la cuestión del individuo y la sociedad es ahora más actual que nunca, pero hoy en día está más ligada a la religión o la política, lo cual no se corresponde realmente con el caso de Olga Hepnarová. 

¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
T.W.: Además de leer todo lo posible sobre el tema, intentamos conocer a personas del entorno de Hepnarová, pero no estaban muy dispuestas a hablar de ella. Tenían más bien una especie de sentimiento o quizás un recuerdo no demasiado claro; intentamos incorporar a la película lo que estas personas nos transmitían, pero en términos de emociones y no de hechos, pues no sabemos cuáles fueron las circunstancias reales. No hemos conocido a los allegados de las víctimas. Intentamos ponernos en contacto con la familia de Olga Hepnarová, y pudimos hablar con su hermana. Lo curioso de esta historia es que no se puede culpabilizar a una persona.

La película también gira en torno a la representación de una minoría sexual.
T.W.: Bueno, su historia ha sido en todo momento lo principal en esta película, pero al mismo tiempo, la corporalidad y la incapacidad para encontrar una compañera, especialmente en ese momento, es una parte importante de su historia. El tema que podría haberse enfatizado, lo difícil que era para Olga Hepnarová ser lesbiana en los 70, no era tan prioritario. No teníamos objetivos o prioridades. Esto también fue un problema cuando buscábamos financiación, ya que el guión no tenía una dirección definida, y cualquiera podía quejarse de que el proyecto no tenía un tema definido. Pero ciertamente, su vida emocional y sexual es la clave, como lo es para cualquier persona. No ser feliz y tener algún tipo de problema psicológico es una combinación peligrosa. 

¿Cómo se sumaron Francia y Polonia al proyecto?
T.W.: Estos países han contribuido mucho tiempo al proyecto. Básicamente, Polonia nos ha conseguido a la actriz principal. Sabíamos desde el principio que queríamos a una actriz principal que no fuera de República Checa. En Polonia, había más donde elegir, y en términos de tipología, encontramos a tres actrices que se parecían más a Hepnarová que las actrices checas. También sabíamos que Polonia es capaz de respaldar a los proyectos en los que cree. Esto es más difícil en nuestro país. Francia se sumó al proyecto a través de Guillaume de Seille, a quien pedimos asesoramiento durante el proceso de escritura; luego, cuando vió el montaje preliminar, le encantó, y entró en el proyecto como coproductor. Rodar en Eslovaquia fue una decisión lógica, ya que esto es un tema checoslovaco. Además, hemos usado música del mejor disco de los 70 del compositor eslovaco Marián Varga, del Colegium Musicum. Y un papel secundario bastante importante es interpretado por el actor eslovaco Juraj Nvota. Hemos tenido que sacrificar mucho tiempo y dinero personal para sobrevivir con lo mínimo, y así centrarnos plenamente en terminar la película.

Las localizaciones y la escenografía son impresionantes.
T.W.: Hemos contado con un arquitecto excelente, Alexander Kozák, que tiene una gran experiencia por haber trabajado en Barrandov Studios junto a František Vláčil o Alexander Sokurov. Él nos ayudó encontrando localizaciones, la mayor parte de ellas en Polonia, por la zona de Breslavia. La combinación de fotografía en blanco y negro, la escenografía de Kozák, la iluminación y las localizaciones polacas han posibilitado que creáramos lo que teníamos en mente. Hemos rodado 9 días en República Checa, 2 en Eslovaquia y 18 en Polonia.

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(Traducción del inglés)

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