email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

VENECIA 2018 Semana Internacional de la Crítica

Maxime Matray, Alexia Walther • Directores

"La cosa se pone un poco grotesca"

por 

- VENECIA 2018: El primer largo de Maxime Matray y Alexia Walther, Bêtes blondes, presentado en la Semana Internacional de la Crítica, revoluciona tanto al público como a Claude Debussy

Maxime Matray, Alexia Walther  • Directores
(© Settimana Internazionale della Critica di Venezia)

Desde el primer momento, el film de Maxime Matray y Alexia Walther Bêtes blondes [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Maxime Matray, Alexia Walt…
ficha de la película
]
 deja una fuerte impresión en el espectador. Una versión desafinada del Preludio a la siesta de un fauno, de Claude Debussy, se escucha de fondo mientras oímos a Fabien, un hombre aparentemente perdido, masticar un salmón con desesperación y le vemos intentando llegar a París. Entonces aparece otro hombre que está igual de perdido y sostiene una extraña bolsa. A medida que las situaciones se hacen más extrañas (cabezas decapitadas, grandes cantidades de salmón bajo tierra, una sitcom boba de los 90, bucles de porno muy obsceno, cuervos negros y una plétora de personajes excéntricos), primero tememos perdernos, pero luego aceptamos el viaje y seguimos su ritmo.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)
Hot docs EFP inside

Poco después de la proyección del film en la Semana Internacional de la Crítica de Venecia, Cineuropa entrevista a esta elocuente pareja creativa, aunque es Maxime Matray quien da las respuestas "finales": "Yo soy el que habla inglés, y Alexia habla todos los demás idiomas".

Cineuropa: ¿Cómo habéis descrito esta película a los que estaban a punto de verla? ¿O cómo la describisteis al hacer el pitch?
Maxime Matray:
 Este ha sido nuestro principal problema. No podemos hablar realmente de una historia o unos personajes, ni siquiera de algo concreto. Tenemos a una antigua estrella televisiva que bebe mucho y que redescubre su pasado a través de otras personas, y que, como un salmón, nada contra la corriente... Por suerte, nuestro productor Emmanuel Chaumet, con quien hicimos un corto hace cinco años, tenía muchas ganas de trabajar con nosotros. No sé si esta película hubiera salido adelante si hubiéramos tenido que hacer un pitch. 

¿Quizás la podríais haber presentado como una historia tipo Alicia en el país de las maravillas?
Yo diría que es como un sueño, un poco como Buñuel, Henri Michaux o Georges Bataille; no son exactamente surrealistas, pero están interesados en los sueños y en cómo construir historias con una "lógica de sueño". Una de las principales ideas es una cita de Michaux: "Aquel que fue en busca de un beso volvió con una cabeza". Esta idea originó toda la película; me parecía que tenía un gran potencial cinematográfico. 

¿Habéis usado vuestros propios sueños en la película?
Llevamos diez o 15 años anotando algunos sueños propios. Y sí, finalmente usamos algunos. 

En El fantasma de la libertad, de Buñuel, o, por qué no, en Monty Python, se fluye de una historia a otra de forma continua, sin lógica aparente. Bêtes blondes presenta una estructura similar.
¡Es como software para montar sueños! Hemos intentado construir el film un poco de esta manera. Las piezas casi se funden entre ellas. La cosa se pone un poco grotesca. 

¿Cómo reaccionaron los actores cuando recibieron el guion?
Les pareció bien. Al principio, les daba un poco de miedo sentirse asqueados por cosas extrañas, como excrementos y vómito, pero nadie se quejó. 

Vosotros dirigís juntos. ¿Quién se encarga de qué? ¿Qué es lo bueno de ser dos al frente de la película?
Hablamos mucho. Uno se dedica al lado visual, y el otro se ocupa de los actores. Yo soy más de ocuparme de los detalles, y Alexia se fija más en el conjunto. Ella tiene una buena percepción del ritmo de la película y de la impresión que causa todo. Luego nos cambiamos los roles y nos sorprendemos. Es bueno ser dos en el proceso de escritura; hablamos mucho cuando estamos escribiendo. Este proceso ha sido continuo en los más de diez años que llevamos trabajando juntos.

La banda sonora incluye mucho Debussy, especialmente el Preludio a la siesta de un fauno, interpretada en clave electrónica de una forma heterodoxa y quizás incluso polémica.
Espero que los amantes de Debussy no se ofendan por lo que he hecho; soy un músico muy malo, me encargo de la mayor parte de la música de nuestras películas. Pero pienso que el propio Debussy esperaba que esto sucediera con su música, que se pusiera patas arriba. Creo que posiblemente le habría encantado. Y elegimos Preludio a la siesta de un fauno porque Fabien es como un fauno. En la mitología, los faunos están en un terreno intermedio entre los animales, los humanos y los dioses. Uno de sus rasgos es que olvidan muy rápido, lo cual les permite ser felices por siempre.

Porque en el fondo, en el corazón de esta historia, está el tema básico de enfrentarse al duelo, ¿verdad?
Esa es la idea principal de la película: qué se puede hacer para afrontar el recuerdo de la muerte de un ser querido. Y creo que la respuesta que da la película no es convencional: puedes hacerte lo que quieras a ti mismo, aunque sea terrible o inmoral, siempre que acabe llevando a algo bueno.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy