28/06/2022 - Entrevistamos al guionista y director para hablar de su enérgico thriller ambientado en una Bruselas fantasmagórica, centrado en un padre agotado y condenado a la violencia

(© Aurore Engelen)

Nos hemos sentado a hablar con Giordano Gederlini, que acaba de presentar Entre la vida y la muerte [+lee también:
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entrevista: Giordano Gederlini
ficha de la película], su nueva película, en el Brussels International Film Festival. Se trata de una película policíaca llena de tensión, un homenaje a las reglas del arte ambientado en una Bruselas postindustrial, nocturna y a veces fantasmagórica; una ciudad atormentada por un Antonio de la Torre que interpreta a un padre agotado al que no le queda otra salida que la violencia.

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Cineuropa: ¿Cómo surgió este proyecto?
Giordano Gederlini: Tenía muchas ganas de abordar el género del thriller policíaco, el género del crimen. Llevaba ya un tiempo rondando este mundo con películas como Instinto maternal [+lee también:
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ficha de la película]; es un género que no se ve a menudo en el cine francés o belga. Quería adentrarme en ese universo a través de un personaje un tanto aislado que se pareciera un poco a mí, a través de un extranjero que vive en Bruselas. Soñaba con hacer un thriller policíaco urbano, con explorar esta ciudad en la que vivo desde hace 9 años como si fuera un auténtico plató de cine, lo cual me parecía que encajaba bien con esta historia.

¿Quién es Leo Castañeda, el protagonista de la película?
Leo Castañeda es un español que vive en Bruselas y trabaja como conductor de metro, por lo que se mueve a diario en el mundo subterráneo de la ciudad. Una noche, vive una auténtica tragedia, y es que, mientras conduce el metro, ve a un joven en medio de las vías. Y más tarde, nos enteramos de que ese joven es su hijo. A partir de ese momento, se inicia una especie de investigación para averiguar en qué lío se metió su hijo para llegar allí.

Hay otro motivo bastante clásico del cine policíaco en la película, y no es otro que el del hombre sin pasado, un motivo que siempre me ha llamado la atención. Tenía en mente la idea de un personaje un tanto aislado, con un pasado que le atormenta y que trata de olvidar, y es con este aspecto con el que quería dar comienzo a la historia. Un tipo del que no sabemos mucho y cuyo pasado se nos va revelando poco a poco.

¿Se encuentra el protagonista en el estado concreto entre la vida y la muerte? Su historia no comienza hasta que no se nos dan a conocer los recuerdos borrosos de su memoria.
Sí, podríamos decir que se encuentra en una especie de limbo. Empecé mi carrera como guionista, y me encanta jugar con el lenguaje en los thrillers policíacos, lo cual no siempre es una opción en las películas de orientación social o en los documentales. Con las películas policíacas, puedes disfrutar ideando una historia un poco más desgarradora en la que los espectadores a menudo se sienten dos pasos por detrás. Es esta posibilidad de juego durante el proceso de escritura lo que realmente me fascinó al explorar el universo de la película. Sabemos muy poco de Leo, así que somos testigos tanto de su desarrollo como de su ruina, y todo ello en una historia con violencia a raudales.

También se reflexiona acerca del sufrimiento ligado a la paternidad, ¿verdad?
El mundo del thriller policíaco también plantea una cuestión existencialista sobre el tiempo que nos queda en este mundo, sobre todo cuando nos vemos obligados a emprender acciones especialmente violentas en las que corremos el riesgo de perder la vida. ¿A quién dejamos atrás? ¿Qué nos hemos perdido en nuestra vida personal? ¿De qué nos arrepentimos cuando la muerte llama a nuestra puerta de forma tan brutal? Quería que la gente se preguntara cuánta humanidad les quedaría a mis personajes al enfrentarse a semejante caos.

La película también cuestiona la forma en que los hijos siguen los pasos de sus padres, a veces incluso repitiendo sus errores.
Sí, está claro que el legado toma parte en la película. Sin desvelar demasiado, nos damos cuenta de que el padre quería imponer su pasión a su hijo, cosa que a este no le acababa de interesar. Son personajes relativamente frágiles. De hecho, creo que es una película un tanto ochentera, una película de las que esbozan sonrisas en los espectadores. Me gusta mucho el mundo musical de aquella época y el trabajo visual que se hace en este tipo de películas, pero eso no la convierte en una película de hombres. Trata de hombres un poco agotados, cansados, tipos de unos 50 años que no tienen ningún interés en luchar, pero que se ven inmersos en situaciones conflictivas en las que no tienen elección. No es una película policíaca en la que se juegue a ver quién es el más hombre, es una película que explora la sensibilidad de sus protagonistas, aunque también haya varias escenas de acción un poco violentas.

Existe cierta reticencia hacia la violencia.
Sí, la violencia es un fin que se trata de evitar y, sin embargo, acaba imponiéndose; al fin y al cabo, eso es lo que ocurre siempre en las tragedias. El destino te lleva directo a una situación límite de la que tienes que sobrevivir como puedas.

(Traducción del francés)