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BERLINALE 2023 Encounters

Malika Musaeva • Directora de The Cage Is Looking for a Bird

"No siempre un intento físico de escaparse es una liberación"

por 

- BERLINALE 2023: La directora chechena habla sobre la resonancia histórica de su primer largometraje, y su lugar en una nueva generación de cineastas llegados del Cáucaso

Malika Musaeva  • Directora de The Cage Is Looking for a Bird
(© Philip Matousek)

El primer largometraje de Malika Musaeva, The Cage Is Looking for a Bird [+lee también:
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]
, llega en un momento en el que tenemos que volver a enfrentarnos a las consecuencias de la guerra en Europa del Este, lo que nos lleva a analizar las historias relacionadas con Rusia y sus países vecinos a través de un prisma diferente. La primera película en lengua chechena en estrenarse en un festival de la magnitud de la Berlinale (donde se proyectó en la sección Encounters), se revela como un poderoso trabajo de narrativa local, que muestra los frutos de una educación cinematográfica impartida por Aleksandr Sokurov, que también fue mentor de otros directores rusos contemporáneos como Kantemir Balagov y Kira Kovalenko.

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Cineuropa: Al ver The Cage Is Looking for a Bird, no podemos evitar pensar en sus conexiones con las primeras obras de Balagov y Kovalenko, así como en tus estudios con Aleksandr Sokurov. ¿Sientes que tu viaje artístico comenzó en el taller de este último?
Malika Musaeva:
En 2010, justo después de graduarme, me matriculé en la clase magistral de Aleksandr Sokurov en la Universidad Estatal Kabardino-Balkaria de Nalchik. Una de nuestras asignaturas obligatorias era hacer un cortometraje cada año. El propio Sokurov venía a dar clases en la escuela una vez al mes, de forma regular, pero a veces se quedaba durante una o dos semanas, lo cual es bastante para él. Teníamos 12 alumnos en total, de diferentes nacionalidades, entre ellos uno de Bulgaria, que desgraciadamente fue expulsado, y otro de Daguestán.

La razón por la que el señor Sokurov creó su clase magistral fue el hecho de que no existía una cinematografía propia en el Cáucaso. En la práctica, el cine no existía allí. Por eso decidió que había que hacer algo para desarrollar la industria en la región. Era obligatorio filmar nuestros cortometrajes en la lengua nacional de cada uno de los territorios. También insistió en que eligiéramos temas relacionados con la familia, porque era importante. Mucha gente no sabe nada acerca de cómo vive la gente en el Cáucaso, cómo se relacionan entre ellos o cuál es la dinámica familiar, incluso dentro de Rusia. Lo más importante es no centrarse en la violencia, sino en temas familiares.

¿Cómo encontraste a tu reparto? Todos son actores debutantes, ¿verdad?
Todos mis actores son no profesionales. Son los habitantes de una pequeña región, en el pueblo de Arshty, que está en la frontera entre Ingusetia y Chechenia. Organizamos un pequeño casting en la ciudad de Nalchik, y allí había dos jóvenes chechenas. Una de ellas tenía experiencia en teatro, y en ese momento comprendí que sería mejor trabajar con no profesionales [risas].

Puede parecer increíble, pero se comportaban de forma muy natural, muy orgánica e incluso profesional. Después de dos o tres días ya sabían exactamente qué hacer, cómo colocarse delante de la cámara y cómo mirar a Dmitriy [Nagovskiy], nuestro director de fotografía, lo cual era asombroso. Por otra parte, se interpretaron a sí mismas. En la vida real también son mejores amigas.

Hay secuencias culminantes en las que la protagonista intenta escapar furtivamente del pueblo. ¿Las concebiste como una prueba de su capacidad para integrarse en un nuevo entorno?
Era un elemento muy importante dentro de la narración. Ya había intentado escapar de alguna forma anteriormente, o sobreponerse a sus circunstancias. En realidad, ese intento de huida física fue una de muchas tentativas. También era necesario que entendiera que no siempre es posible huir físicamente, o escapar del todo. Era importante que lo hiciera para comprender lo que decidiría después. No siempre un intento físico de escaparse es una liberación. Y ella lo comprendió en ese mismo momento. Por eso regresó.

¿Cómo resuena para ti la película en esta época, ante la nueva agresión militar rusa? ¿Con qué precisión aludes al conflicto que se desarrolla actualmente en Ucrania?
Ante todo, para mí es muy importante aclarar que esta no es una película política. Quiero decir, evidentemente es política en el sentido de que lo más valioso para los seres humanos es su vida, su libertad y sus derechos. Y por supuesto, los acontecimientos en Ucrania son trágicos. Yo pasé por cosas similares en mi infancia. Muchos o todos mis compatriotas han pasado por lo mismo. Esto también aparece simbolizado en la escena del cementerio, donde vemos esas listas de nombres en las columnas, mostrando a todos los hombres que murieron durante la guerra.

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(Traducción del inglés)

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