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IFFR 2024 Competición Big Screen

Ulaa Salim • Director de Eternal

"Todos estamos buscando algo más grande que nuestras propias vidas o que nosotros mismos"

por 

- El director danés, que se dio a conocer con Sons of Denmark, vuelve con una extraordinaria obra híbrida que mezcla romance, acción y ciencia ficción

Ulaa Salim  • Director de Eternal
(© Hashim Musa)

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, que ha sido presentado en la competición Big Screen del 53.º IFFR, es el segundo largometraje del director danés Ulaa Salim, que se dio a conocer en 2019 con Sons of Denmark [+lee también:
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—también presentado en el festival neerlandés, pero en la competición Tiger—.

Cineuropa: Eternal se inspira en un cortometraje del mismo nombre que dirigiste en 2012. ¿Qué te impulsó a volver a explorar esta historia?
Ulaa Salim: Había un elemento de aquel cortometraje que escribí cuando tenía veintipocos años del que seguía perdidamente enamorado. Cuando surgieron las ideas para la nueva película, con la creación de una familia, la forma en que cambia la vida y los personajes en dos etapas diferentes de su existencia, pensé que podría resultar interesante transportarme de nuevo a la forma de pensar que tenía durante aquella etapa de mi vida. Es un poco como una expansión del tiempo, como varias versiones de mí mismo que se enfrentan a causa del amor. Por tanto, tenía la intención de transmitir cierta sinceridad al poner un poco de amor joven e ingenuo en la película. Porque la sensación de amor puro no se olvida nunca, ni siquiera cuando nos hacemos mayores, cuando nos convertimos en adultos, en padres. Más allá de eso, el largometraje no tiene nada que ver con el cortometraje, ya que gira en torno al tema de la familia y el gran temor a no ser un buen padre o una buena madre para tus hijos.

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¿Cómo hiciste para que una historia con un trasfondo tan personal derivara en una trama ambiciosa y espectacular de ciencia ficción en torno a una catástrofe geoecológica a punto de tener lugar?
Todos sabemos que un día moriremos. Intentamos vivir nuestras vidas y tener una existencia lo más larga posible, pero hagamos lo que hagamos, todo llegará a su fin algún día. Y lo mismo ocurre con nuestro planeta, ya que el mundo tal y como lo conocemos se acabará, quizá no de inmediato ni dentro de cien años, pero se acabará. Así que preferí trabajar en esta dirección en lugar de adoptar un enfoque activista. Me gustan las películas cuya profundidad te conmueve, como Kramer contra Kramer —que vi antes y después de mi divorcio—, pero también me gusta ponerme en el lugar del espectador y desviarme de los clichés del cine de autor. La película constituye una combinación entre cine de género —con un significado tanto para mí como para el mundo— y un intento de algo nuevo.

Las misiones submarinas, la falla en el fondo del océano… Sobre el papel, todo parece muy difícil de escenificar.
Al tener nuestra propia productora, ni mi socio ni yo nos paramos a pensar en cómo hacer la película en ningún momento, ya que aquello en lo que realmente nos centramos fue el tipo de película que queríamos hacer, y traté de ceñirme a esta forma de pensar durante la mayor parte del proceso de escritura. Sí que es verdad que, en un momento dado, entraron en juego las cuestiones financieras, pero escribí con total libertad. No sabíamos nada, no sabíamos cómo íbamos a escenificar las escenas submarinas, ni qué efectos especiales serían posibles. Visitamos unas 20 piscinas y nos reunimos con equipos de efectos especiales y con un constructor de submarinos. Solo teníamos una regla: hacer la película como si fuera la primera y la última.

La cuestión mística también entra en juego en tu historia. ¿Hasta dónde querías llegar con este aspecto?
No quería que el personaje llegara hasta la falla submarina para que luego ocurriera algo mágico y todo terminara allí. Quería que nos centráramos en su búsqueda íntima, en su experiencia personal. Cada espectador puede proyectar también su propia búsqueda existencial. Para mí, lo místico es el amor, la felicidad y los miedos que uno tiene cuando examina su propia vida. Todas estas cosas pueden tacharse de triviales cuando hablamos de ellas, pero estoy seguro de que todos tenemos la sensación de que buscamos algo más grande que nuestras vidas o que nosotros mismos. Son muchas las personas que se consideran ateas y, sin saber por qué, acaban enfrentándose a este tipo de preguntas en algún momento de su vida. Pienso que esto ocurre porque sienten la necesidad de pensar, de creer, de esperar que haya algo más. La inclusión de algunos elementos de este tipo dotó a la historia de una dimensión emocional adicional.

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(Traducción del francés)

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