24/05/2007 - Productor que cultiva el cine en el mundo entero, Pierre-Alain Meier regresa a Suiza con A Parting Shot, segundo largometraje de su compatriota Jeanne Waltz

Nacido en el Jura suizo en 1952, Pierre-Alain Meier, egresado del INSAS de Bruselas, alía realización (Thelma, 2002) y producción. Director de la sociedad Thelma Film (Zurich) desde 1988 y de Prince Film (Ginebra) desde 2006, produce ya sea en África (Idrissa Ouédraogo, S. Pierre Yameogo, Djibril Diop Mambéty, Merzak Allouache), en América Latina (Fernando Solanas), en Asia (Rithy Panh), como en Europa (Sotiris Goritsas, Karim Dridi) y en Suiza (Markus Imhoof, Alain Tanner...).

Ud. es suizo, vive en Suiza, pero la mitad de los 25 filmes que ha producido han sido firmados por cineastas de otros continentes. ¿Se siente al estrecho en su propio país?
Pierre-Alain Meier: Sí y no. Todo comenzó con mi encuentro con Idrissa Ouédraogo y África, donde llegué a Uagadugú una noche de abril de 1988, para una primera producción improbable (Yaaba, 1989). África, me encandiló: tuve que producir cuatro películas durante los años siguientes para comprender y encontrar finalmente un camino para dejarla. Siguieron la aventura camboyana de Gens de la rizière con Rithy Panh, ya con el productor Jacques Bidou - con quien coproduzco actualmente Salt of this Sea de Annemarie Jacir en Palestina - luego Flammen im Paradies en India con Markus Imhoof. El intercambio con un realizador del Sur y un equipo técnico generalmente mixto (Norte-Sur) me han formado e hecho descubrir mundos que había ignorado hasta ahora. Por otra parte, para los cineastas del Sur, realizar una película generalmente es menos un acto solitario que para un cineasta del Norte. Y el productor atípico que yo soy se ha bien acomodado.

¿Cómo tuvo lugar el encuentro con Jeanne Waltz, que vive y trabaja en Portugal?
Tras un primer encuentro, la volví a ver hace tres años en el marco de un taller que yo animaba con productores belgas (Patrick Quinet) y franceses (Alain Rozanes y Didier Haudepin) donde proyectos de películas, entre los cuales el de Jeanne Waltz, habían sido seleccionados. No fui entonces a buscar a un cineasta singular para escapar a la "soledad a la manera suiza" de los autores helvéticos.

¿Qué lo ha convencido en el guión de A Parting Shot [+lee también:
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La historia se desarrolla en el Jura, mi región de origen, donde nunca había rodado. Si se hubiera tratado de una película en Portugal, no creo, a pesar de toda mi amistad hacia Jeanne Waltz y todo su talento, que me habría lanzado en esta aventura. Por otra parte, decidimos con mi colega Didier Haudepin producir esta película compartiendo los riesgos y el trabajo. Envejezco, me gusta cada vez más colaborar. Acabo también de adoptar a tres niños (en Etiopía y en India) y calculo un poco más mi tiempo.

En su calidad de realizador, ¿ha intervenido a menudo o ha dejado toda la libertad à Jeanne Waltz?
Evito los proyectos donde podría sentirme demasiado tentado de mezclar mis frustraciones de autor. Prefiero vaciar mi exceso de altruismo acumulado al compás de algunas producciones desarrollando mis propios proyectos...

El filme es coproducido por Didier Haudepin (Bloody Mary Productions), que endosa como Ud. la doble función de productor asociado y ejecutivo. ¿Cómo han compartido el trabajo?
Fue interesante y complicado, aún más dado que Didier Haudepin es también autor y realizador. Pero al final, fue una experiencia instructiva.

¿Cuál es el presupuesto del filme?
1,7 millones de euros.