09/12/2008 - Nicola Giuliano es el director junto a Francesca Cima de Indigo Film desde 1999. La colaboración con el director Paolo Sorrentino nace en 2001 con su opera prima, L’uomo in più

Nicola Giuliano es el director junto a Francesca Cima de Indigo Film desde 1999. La colaboración con el director Paolo Sorrentino nace en 2001 con su opera prima, L’uomo in più [+lee también:
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ficha de la película], que fue seleccionado en concurso por el Festival de Venecia. En 2004, produjeron junto a Fandango el segundo largometraje de Sorrentino, Las consecuencias del amor, que participó en el concurso del Festival de Cannes y ganó cinco premios David de Donatello. En 2006 volvieron a trabajar con Sorrentino en su tercer trabajo, L'amico di famiglia, de nuevo presentado en el Festival de Cannes. Y en 2008, nueva película de Sorrentino, Il Divo [+lee también:
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ficha de la película], y nueva participación en Cannes, donde esta vez vuelven con el premio del jurado bajo el brazo. Para coronar el año, Laragazza del lago [+lee también:
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ficha de la película], de Andrea Molaioli, gana diez premios David de Donatello.

Il Divo ha sido adquirido en toda Europa y llega esta semana a la cartelera francesa. ¿Cuáles son los principales atractivos de la película de Paolo Sorrentino para el público europeo?
Nicola Giuliano: Para un muchacho de 18 años que no conoce muy bien la historia política italiana de los últimos años, Giulio Andreotti es una figura popular pero complicada de contextualizar en la situación política actual. El público no espera un documental pero descubre una metáfora sobre el poder así como el cine de Sorrentino, que es la virtud más grande gracias a la cual hemos tenido éxito en Cannes y en la taquilla. Sorrentino tiene un gran talento como director y como guionista.

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ficha de la película] acaba de ser estrenada en Francia, Gomorra [+lee también:
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ficha de la película] no deja de coleccionar éxitos, una producción pequeña como Pranzo di Ferragosto [+lee también:
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ficha de la película] gana premios y convence a la crítica. Se trata sin duda de un año excelente para el cine italiano. ¿Cuáles son los elementos más importantes que hacen que el cine italiano tenga más tirón en Europa y el resto del mundo?
Hasta hace algunos años, teníamos un problema con la circulación de películas, porque el mercado estaba asfixiado por el tipo de distribución, que favorece pocos títulos que salen con muchas copias, en muchos cines. En el momento en el cual empieza a debilitarse la distribución de productos “ajenos”, no nacionales, vemos que en cambio el cine italiano empieza a circular con mayor fluidez. Significa simplemente que el nivel de calidad ha aumentado, como lo demuestran los trabajos de Vincenzo Marra, Emanuele Crialese o Saverio Costanzo. Producir 150 películas al año ha permitido que productores y realizadores se equivoquen, crezcan, lleguen a su tercera o cuarta película y entonces alcancen el éxito. Pero si se reduce la inversión cuando la calidad empieza a crecer, se harán menos películas, un espacio cultural será más pequeño y débil y habrá menos posibilidades de madurar. Los momentos especiales, como éste, se construyen en el tiempo y son fruto de un trabajo precedente. Si se continúa con la reducción de fondos, el riesgo es que dentro de algunos años no tengamos la misma posición que tenemos en este momento en el mercado internacional.

¿Cómo se eligen los proyectos? ¿Cuál es vuestra filosofía?
Dejamos que el público decida sobre la calidad de una película. No tenemos un tradición familiar como productores, somos aficionados al cine e intentamos producir las películas que querríamos ver en el cine como público. No tenemos limitaciones en cuanto al género. Está claro que nuestras películas siguen una trayectoria precisa, pasando sobre todo a través de festivales, pero al mismo tiempo no me importaría ganar un día 30 millones de euros con una producción nuestra.