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Pedro Almodóvar • Director

"Mi declaración de amor al cine"

por 

- Periodistas de todo el mundo acudieron a la presentación madrileña, pistoletazo de salida para la carrera internacional que va a tener Los abrazos rotos

Periodistas de todo el mundo acudieron a la presentación madrileña, digna de un gran festival y pistoletazo de salida para la carrera fulgurante e internacional que va a tener Los abrazos rotos [+lee también:
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durante los próximos meses. El cineasta, como siempre, demostró su valía como chispeante, atrevido e inteligente orador.

¿Qué espera de esta nueva película?
Pedro Almodóvar: Que vaya a verla mucha gente, no se le haga larga al público, la entienda y le entretenga. Ojalá comunique todas las emociones que hemos experimentado haciéndola, que están en los personajes y en el guión. Cuando uno hace una película espera reciprocidad: yo la espero por parte del público. Pero esto es un misterio que desvelaremos con el estreno.

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En la película hay numerosas referencias a otros títulos suyos. ¿Es esto un recurso emocional o para avanzar necesita volver un poco, tanto en su vida como en su carrera?
Mis películas son mi patrimonio, en todos los sentidos: económico, emocional y artístico; forman parte de mi biografía y en el momento de ponerme a escribir están presentes. En la trama hago referencia a Mujeres al borde de un ataque de nervios por sentido práctico: los personajes de Los abrazos rotos están haciendo una película, entonces decidí que el género más adecuado de ésta fuera una comedia, para que pusiera más en evidencia los problemas y el drama que están viviendo los actores que hacen esa comedia. Igual que en Hable con ella [+lee también:
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incluí un cortometraje completamente original, El amante menguante, aquí preferí adaptarme a mí mismo con toda libertad. No es auto homenaje, sino servirme de algo que puedo manipular sin pedir permiso ni derechos a nadie. Los abrazos… es una película romántica, con historias de amor cruzadas, muy intensas, entre los cuatro personajes principales, pero también hay una historia de amor que subyace: mi historia de amor con el cine. Eso incluye las citas a otras películas que no son mías, como a Viaje a Italia, de Rossellini. Es, por tanto, mi declaración de amor al cine: por eso no es extraño que haya tantas referencias.

El protagonista de Los abrazos rotos es un cineasta que quiere remontar una antigua película, de cuyo resultado no quedó satisfecho. ¿Qué relación tiene usted con sus películas antiguas? ¿Se ha planteado alguna vez remontarlas?
Hay partes de mis otros films que son mejorables, pero creo que es esencial dar por terminadas las películas. No remontaría mis películas ya hechas, eso es algo muy neurótico. Hay que aceptar por terminado lo que has hecho, y eso es lo que te ha salido, aunque a veces las circunstancias no hayan sido justas. Ése es el resultado y hay que aceptarlo como tal. Asimismo hay que respetar la película tal y como fue gestada por su autor, íntegramente. En Europa esto está claro, pero en EEUU es un problema: para ellos el dueño de la película es el productor; en Europa el autor moral es el director, o el guionista, o la mezcla de ambos. Las películas ha de terminarlas el autor: las interferencias entre el material rodado y el montaje son trágicas. Hace años, con una de mis películas, llegó el productor con 18 puntos que debía retocar en el montaje. Me negué y él dijo que podría quemar el material. Le amenacé, porque la ley estaba de mi parte, y fui brutal: resistí meses para que se agotara la situación, hasta que entró el distribuidor reclamando la película y se tuvo que estrenar tal cual. Y fue un éxito.

Hay mucha expectación en España con Los abrazos rotos, para ver si mejora las penosas cifras de recaudación de esta temporada.
Yo he hecho la película de forma honesta, le he entregado 14 meses de mi vida y ahora la pelota está en los cines. La gente espera que con ella suba el coeficiente de cine español, y ojalá ocurra así, pero eso es un misterio: la respuesta del público es imprevisible. Me encuentro sumido en la mayor incertidumbre.

¿Cómo se siente en este momento, justo antes del estreno?
Me siento como siempre: planteándome la próxima semana. Me agobian la promoción y los viajes; y también estoy rezando para no tener dolor de cabeza. Estoy preparándome como un atleta, tomando vitaminas y tratando de dormir. Siento ilusión y la misma incertidumbre que sentía con las otras películas, porque no me da ninguna seguridad que ésta sea la número 17.

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