02/09/2011

Hoy 2 de septiembre llega a las salas españolas una nueva película del director manchego Pedro Almodóvar, concentrando en torno a sí toda la atención mediática del mundo del cine. Con La piel que habito [+lee también:
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ficha de la película], una incursión en el thriller, ha vuelto a generar división de opiniones, aunque la impresión es que este debate se refiere más a la figura del director, sin duda el cineasta español más conocido y apreciado fuera de nuestras fronteras, que a la película en cuestión.

Volviendo al lanzamiento en sí, la principal novedad de La piel que habito, 18º largometraje de la filmografía de Almodóvar, reside en la fecha, septiembre, mientras que hasta ahora solía lanzar sus películas en primavera. La segunda mitad del año, previo paso por Cannes, se dejaba para la distribución en el resto de Europa y del mundo. Sin embargo, la piratería, donde España ocupa muy a su pesar un puesto de privilegio, ha obligado a la productora El Deseo y la distribuidora Warner Bros a retrasar el estreno en España y englobarlo dentro de la estrategia de distribución global. Así, por primera vez una película de Almodóvar ha sido estrenada antes fuera de España (Francia, Bélgica y Reino Unido a finales de agosto) que aquí.

Warner Bros distribuirá 290 copias de La piel que habito, lo cual garantiza un cobertura significativa aunque sin llegar a los números de las grandes superproducciones, una cifra algo superior aunque en la línea de los últimos lanzamientos del director manchego (Los abrazos rotos [+lee también:
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ficha de la película]: 248 copias, Volver [+lee también:
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ficha de la película]: 276, Todo sobre mi madre: 186; todas ellas distribuidas por Warner Bros).

Tras un bombardeo mediático en que se han empleado a fondo tanto Almodóvar como la pareja protagonista, Antonio Banderas y Elena Anaya, queda por ver la reacción del público. Aunque el realizador cuenta con una legión de admiradores incondicionales que no dejará de pasar por taquilla, su poder de atracción hacia el espectador medio se ha reducido con el paso de los años. A causa del perfil autorial de sus obras y de los lanzamiento potentes aunque no de saturación de mercado, su rendimiento en taquilla depende en gran medida del efecto boca oreja, que parece haberse debilitado gradualmente. Desde el éxito de Todo sobre mi madre (2,59 millones de espectadores en 1999), sus películas han sufrido un constante declino en taquilla (Hable con ella, 1,36 millones en 2002; La mala educación, 1,2 en 2004), con la excepción de Volver (1,93 en 2006), hasta llegar al decepcionante resultado de Los abrazos rotos (menos de 700.000 espectadores en 2009).