19/01/2012

En 2005, cuando la producción cinematográfica francesa alcanzó los 240 largometrajes, los profesionales hablaban de un recalientamiento. Sin embargo, la tendencia ha sido al alza y las marcas se han batido año tras año. Según el Centre National du Cinéma et de l’image animée (CNC), en Francia se han producido 272 largometrajes en 2011 (por los 261 de 2010) para un volumen total de inversión de 1.389 millones de euros (un 3,5% menos). Estos datos confirman el dinamismo de la industria gala pero agrava la espinosa cuestión de la distribución de estas películas en unas salas que ya se han quejado del exceso de novedades existente.

Entremos en detalle: el incremento de la producción el año pasado se debe sobre todo al aumento del número de coproducciones internacionales minoritarias francesas (65, un récord, por 58 en 2010). Por el contrario, la ligera diferencia global de películas de iniciativa francesa (207 por 203) es resultado de un claro aumento de los largometrajes 100% franceses (de 143 a 152) combinado con un descenso de las coproducciones mayoritarias (de 60 a 55). En total, Francia ha participado en 2011 en 120 coproducciones internacionales (dos más que el año anterior).

En cuanto a la inversión, las 207 películas de iniciativa francesa se realizaron con un total de 1.128 millones de euros (un 1,5% y cuatro largometrajes más con respecto a 2010), que se desglosan en poco más de 1.000 millones de euros provenientes de Francia y 118,5 millones procedentes de otros países (la mejor cifra desde 2003). Sin embargo, la financiación de coproducciones internacionales minoritarias francesas muestra una clara tendencia a la baja: 260,76 millones de euros (un 20% menos a pesar de contabilizar siete películas más), de los cuales 57,34 millones son dinero francés y 203,42 millones, dinero extranjero. Solo una coproducción minoritaria francesa se realizó en 2011 con un presupuesto que excediera los 20 millones de euros, por las cuatro de 2010.

Cabe destacar otros dos fenómenos: por un lado, rodar con tecnología digital es cada vez más habitual (el 72% de las películas de iniciativa francesa de 2011 obedecen a este criterio, por un 45% del año anterior); por otro, crece el número de “películas salvajes”, obras sin una financiación cerrada ni ayudas públicas que se saltan el examen de los productores para acceder directamente a las ayudas del CNC. Así se han realizado 24 largometrajes (la mayoría de ellos, documentales), de los cuales 16 se produjeron con un presupuesto inferior al medio millón de euros.

(Traducción del francés)