GVU aboga por cambiar la limitación de responsabilidad de los ofertantes de contenidos online
Los servidores de alojamiento de archivos como kinox.to o, hasta hace unas semanas, Megaupload, se dedican a albergar contenidos digitales para los que no han adquirido los derechos. Aquellos que los cuelgan son recompensados económicamente y dichos materiales se ponen a disposición de quienes visitan su página de forma gratuita, generando importantes beneficios derivados de la publicidad.
A día de hoy dichos servicios de alojamiento de archivos deben retirar los contenidos si son informados de que se está cometiendo una infracción, pero no están obligados a tomar la iniciativa en este sentido. Esto es lo que la GVU (Gesellschaft zur Verfolgung von Urheberrechtsverletzungen), empresa alemana encargada de vigilar los posibles daños a la propiedad intelectual, pretende cambiar.
Según su director, Matthias Leonardy, “podría ser que entre los contenidos descargados o visualizados de forma masiva por los internautas también hubiera contenidos legales”, aunque esto sería la excepción a la regla de “contenidos atractivos para las masas como películas, series de televisión o videojuegos”. El modelo de negocio de estos proveedores está abocado a la ilegalidad o a la quiebra. “El video de las vacaciones del tío Günther en Sauerland no atrae a masas de usuarios” ha ironizado Leonardy en su comunicado de prensa, en referencia a la necesidad imperiosa de estas compañías de hacer ingresos por publicidad y, por tanto, de permitir e incentivar a quienes cargan contenidos ilegales en sus servidores.
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