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PELÍCULAS / CRÍTICAS

La Pequeña Venecia (Shun Li y el Poeta)

por 

- Dos extranjeros en una tierra extraña, una amistad imposible y el poder destructivo de los prejuicios. Una ópera prima presentada en Venecia. Ganador del premio LUX 2012.

La laguna es mujer, el mar es hombre. La primera es tranquila y paciente; el segundo está siempre en movimiento. La laguna y el mar se encuentran, se abrazan y se separan manteniendo en su interior algo del otro. Como la camarera china Shun Li y el pescador eslavo Bepi, protagonistas de la emocionante y agridulce La Pequeña Venecia (Shun Li y el Poeta) [+lee también:
tráiler
entrevista: Andrea Segre
entrevista: Andrea Segre
ficha de la película
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, de Andrea Segre. Acogida muy favorablemente tras su presentación en 2011 como parte de las Jornadas de los Autores (Venice Days) del Festival de Venecia ganador del Premio LUX 2012 del Parlamento europeo, se trata de la primera incursión en el cine de ficción de este director de 35 años. Narra el encuentro entre dos extranjeros en una tierra extraña, una amistad imposible, el poder destructivo de los prejuicios. Pero es además un retrato poético y contradictorio de una zona, Chioggia, la laguna véneta, compuesta por pescadores y hosterías, ignorancia y tradiciones, acqua alta y soledad.

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“Yo me llamo Li”, dice la protagonista, una joven inmigrante china (interpretada por la dulce y medida Zhao Tao, ganadora de un premio David de Donatello en 2012 gracias a este papel), al presentarse a su nueva compañera de piso en el primer día de su nueva vida. Antes trabajaba en una fábrica en Roma y ahora se ha mudado a Chioggia, pequeña localidad isleña de la provincia de Venecia, donde trabajará en una hostería para conseguir el dinero necesario para traer a su hijo pequeño desde China. El establecimiento es el punto de encuentro para la comunidad local de pescadores (entre ellos, uno de los rostros más célebres del mundo del teatro, Marco Paolini), algunos recelosos, otros abiertamente hostiles (como Giuseppe Battiston, en el papel inédito de un arrogante matón).

El pescador Bepi (encarnado por el croata Rade Sherbedgia), conocido como “El Poeta” por su capacidad para improvisar rimas, conoce bien lo que significa no tener raíces. También él es extranjero, aunque hayan pasado más de treinta años desde que dejó su Yugoslavia natal. Bepi y Shun Li hablan, se enseñan fotos. Nace una hermosa amistad, quizás un amor, pero que no tardará en revelarse imposible. Sus respectivas comunidad no lo permiten. “La mafia china ordena que sus mujeres se casen con viejos por la herencia”, se dice en Chioggia. “Si vuelves a hablar con él, no volverás a ver a tu hijo”, amenazan sus compatriotas a Shun Li.

Mientras tanto, la laguna, fotografiada de manera excepcional por Luca Bigazzi, hace las veces de escenario inmóvil, misterioso. La niebla deja entrever las blancas montañas que la rodean; el agua refleja las luces, las casas, las personas. Una barraca de pescadores en medio del agua es una imagen que permanece impresa en la memoria y da a la laguna un aspecto oriental (imposible no pensar en Kim Ki-duk): melancólica, esencial, silenciosa. Una capucha que cubre la cabeza es suficiente para expresar un dolor reprimido, auténtico. El fuego, en mitad de este agua, destruye todo, como los prejuicios.

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(Traducción del italiano)

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