07/11/2014 - La incursión de Manuel Gómez Pereira en el thriller, protagonizada por Juan Diego Botto, Paz Vega y Alberto San Juan, inaugura el Festival de Cine Europeo de Sevilla

El cine de género se hace teniendo en cuenta los pasos de su receta de preparación, y al igual que todo lo que se hace siguiendo algo así, tiene dos posibles resultados: salir bien o salir mal. El veterano director español Manuel Gómez Pereira (el que firmó desde comedias tan propias de los 90 españoles, tal y como ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? o El amor perjudica seriamente la salud hasta sus títulos más recientes, Reinas y El juego del ahorcado [+lee también:
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ficha de la película]) sigue en La ignorancia de la sangre [+lee también:
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ficha de la película], película de inauguración del Festival de Cine Europeo de Sevilla, la receta del género, que es en este caso, la del thriller. ¿Y el resultado? 

La cinta sigue una de las historias protagonizadas por el jefe de homicidios de Sevilla, Javier Falcón, un personaje que el escritor inglés Robert Wilson creó hace ya una década, con su obra El ciego de Sevilla. En este caso, el jefe de homicidios (interpretado por Juan Diego Botto) se ve atrapado entre dos casos al mismo tiempo: un viejo amigo (Alberto San Juan) infiltrado en un comando terrorista islamista se ve al borde del abismo cuando se intenta reclutar a su hijo para la causa, y el hijo de su pareja (Paz Vega) es secuestrado por una (o dos) mafias rusas que le exigen un dinero y una información que un inesperado accidente permitió que cayera en manos de la policía. En esa misma trampa, La ignorancia de la sangre se configura como otra: los pasajes del guion dejan atrás la complejidad para reemplazarla con el seguimiento de la búsqueda del hijo por parte de su madre (aunque con una interpretación bien digna de Vega). Así, ese retrato, confeccionado con cierto pulso, y también de correcta factura, sigue las pautas que marcan los best-sellers policiacos, tal y como el que adapta, sin salirse de ellas ni querer hacerlo.

Asimismo, en esta producción de Maestranza Films y Tornasol Films, Pereira (o mejor dicho, Wilson) convierte la ciudad de Sevilla en un punto de confluencia del crisol criminal de nuestra sociedad globalizada, en donde las mafias europeas se dan de bruces con la amenaza terrorista islamista, haciendo de ella la excusa perfecta para jugar al thriller.