28/11/2014 - El director del multipremiado corto Vicenta es el único español participante en la sección AnimaFICX del 52º festival de cine de Gijón

La Trini es una popular bailaora y personaje de la prensa rosa que no gana para disgustos. A la depresión que padece tras el accidente mortal de su marido, el conocido mataor de toros Gregorio, debe sumar ahora el mal que acecha a su hijo Damián. Ni la medicina ni la psicología ni la acupuntura logran descifrar lo que le ocurre al niño. La última esperanza de la familia es una gitana, que acabará determinando que Damián está poseído por el diablo y que deberá salvarlo el padre Lenin, hijo de rojos metido a sacerdote que, tras sus desencuentros con la jerarquía eclesiástica, no es más que un vagabundo alcohólico.

Esta es la delirante trama en la que Samuel Ortí Martí, Sam, ha volcado en los cuatro años de duración del proyecto su imaginación, su mala leche y su maestría como animador con plastilina, “uno de los mejores del mundo”, según el director del Festival de Cine de Gijón, Nacho Carballo, que presentó su proyección anoche en el marco de la sección AnimaFICX, tras su paso por Sitges.

Pos eso arranca con una brillante escena en la que el padre Lenin debe sortear ingeniosos obstáculos milenarios para hacerse con un viejo tesoro. Lo que podría anticipar una película de aventuras a lo Indiana Jones virará rápidamente hacia el fantaterror más gamberro (son múltiples los guiños a El exorcista y El día de la bestia) toda vez que el hijo poseído empiece a hacer de las suyas y vaya poco a poco acabando despiadadamente con una España cañí ya de por sí corrupta.

Además de los múltiples cameos animados (Paco de Lucía, Belén Esteban, Torbe…), figuras conocidas del cine y la televisión españolas como Josema Yuste, Anabel Alonso o Santiago Segura prestan sus voces marcando a sus personajes con la misma claridad con que se muestran en pantalla hilarantes chorros de vómito y salpicones de sangre. En este sentido, en los pocos pero importantes momentos en que el guion cae en el terreno de lo archiconocido, del estereotipo o de la broma demasiado fácil, el virtuosismo artesanal y el dinamismo del stop-motion con la animación en 3D salen al rescate para mantener enganchado a un espectador que el director del multipremiado corto Vicenta quizá acota demasiado dentro de las fronteras del territorio español como para que la película tenga un largo recorrido fuera de ellas que, desde el punto de vista técnico, sin duda merecería.

Pos eso es una producción de Basque Films y la productora que fundó el propio Sam, Conflictivos Productions.