27/01/2015 - La película de Ana Lungu se muestra en la nueva sección feminista de Rotterdam

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ficha de la película], de Ana Lungu, un rotundo éxito del verdadero cine independiente rumano, debuta en terreno internacional en la nuevo sección What the F?! del Festival de Róterdam. Con una protagonista que busca su lugar en el mundo, pocas títulos corresponderían mejor a esta nueva sección que explora el feminismo en todas sus formas.

El sujeto del autorretrato del título es Cristiana (Elena Popa), una joven que intenta disfrutar de su recién adquirida libertad tras la mudanza de sus padres del apartamento que compartían. Sola en las habitaciones vacías, Cristiana tiene que llenar el espacio conquistado. Está contenta de poder ser por fin ella misma, pero en realidad no tiene ni idea de quién es. El guión escrito por Lungu consigue construir una prisión imaginaria compuesta de paredes invisibles, subrayando el conformismo de Cristiana.

Hecho en tres años prácticamente sin financiación, Self-Portrait supone un logro importante en una industria que depende en gran medida del apoyo financiero del Centro Nacional de Cine rumano. Pero lo verdaderamente sorprendente en el largometraje de Lungu son los fríos y eficaces toques que aliñan el limitado universo de Cristiana: sus conversaciones con amigos, sus esfuerzos por acabar su tesis en ingeniería sísmica y sus pensamientos sobre comprar un perro. La cámara del director de fotografía Silviu Stavilă no se mueve en ningún momento, subrayando una vez más el estancamiento de la vida de Cristiana y haciendo de Self-Portrait un thriller psicológico ultra minimalista: ¿cambiará o no cambiará la protagonista?

Exceptuando a Popa y a Emilian Oprea (que también protagoniza Why Me? [+lee también:
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entrevista: Tudor Giurgiu
ficha de la película], de Tudor Giurgiu, seleccionada en la sección Panorama de la Berlinale) que interpreta a un hombre casado con el que Cristiana tiene una aventura, la mayoría de los actores no son profesionales. Lungu ofrece un enfoque metaficcional al escoger a sus propios padres para interpretar a los progenitores de la protagonista. Su padre, Dan Lungu, proporciona un nuevo punto de vista sobre su obediente hija (en la pantalla) a través de sus amables pero autoritarios monólogos. Daría la impresión de que le da suaves palmadas en la espalda mientras en realidad le corta las alas y le pone piedras en el camino...  Esta imagen les suena a muchos rumanos de la edad de Cristiana, criados en un ambiente familiar que considera que los padres siempre saben lo que es mejor para ellos.

A pesar de que algunas de las otras actuaciones parecen forzadas y afectadas ("Me gusta trabajar con no profesionales porque sus defectos les hace estar más vivos, ser más humanos", dijo Lungu a Cineuropa), Self-Portrait logra cautivar al público con su imperfecta pero entrañable protagonista, que demuestra que si las puertas se te cierran en la cara, siempre podrás romper una ventana. Sin recurrir a gestos grandilocuentes o a un desenlace impactante, el guión empuja a Cristiana en la buena dirección, permitiéndole conquistar tanto su libertad como el respeto del espectador.

Self-Portrait of a Dutiful Daughter forma parte de los más de diez largometrajes dirigidos por cineastas rumanas que acabarán su producción e incluso se estrenarán en 2015 (ver el análisis), una tendencia que aportará nuevos puntos de vista en una industria local dominada principalmente por hombres. La compañía productora de Cristi Puiu, Mandragora ha producido la película que podría proyectarse por primera vez en Rumanía en el marco del Festival internacional de cine de Transilvania (del 29 de mayo al 6 de junio).

(Traducción del inglés)