17/02/2016 - BERLÍN 2016: El misterioso último largometraje del suizo Tobias Nölle se ha estrenado a escala mundial en la prestigiosa sección Panorama de la Berlinale

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ficha de la película], su último largometraje, estrenado a escala mundial en la sección Panorama.

Éste último largometraje del director suizo se aventura en la mente de un hombre alejado de la norma, atrapado entre la realidad y la ficción. Aloys, nombre del personaje principal de una historia de amor que roza la locura (¡y qué locura regeneradora, querría decir!), habla a menudo de sí mismo en tercera persona, como si observara a distancia una vida que parece no pertenecerle. ¿Qué le lleva a semejante disociación con lo real? Tal vez la necesidad de distanciarse de un mundo que no lo acepta por quien es, que no tolera el carácter único de una mente tan sensible que se vuelve irreal. Su existencia parece suspendida entre la monotonía ritual de un día a día aparentemente sofocante y el tranquilizador mundo interior que lo acoge como una especie de refugio donde transformar la realidad en una poesía violenta.

Aloys Adorn (sorprendente Georg Friedrich) es un detective que vive y trabaja con su padre, con quien mantiene una relación muy estrecha. Su rutina profesional entra poco a poco en su vida privada, llevándolo a filmar 24 horas al día a personas con las que aparentemente no mantiene ningún tipo de relación. Al morir su padre, el universo de Aloys cae por su propio peso y nada podrá ya protegerlo del mundo que lo rodea. Después de una noche llena de alcohol, nuestro misterioso protagonista se despierta en un autobús y descubre que sus preciosas grabaciones han desaparecido. Poco después, una misteriosa mujer, Vera, lo contrata y empieza con él un oscuro juego telefónico llamado “telephone walking”, que tira de la imaginación como único medio de conexión. Un nuevo universo, sensual y deliciosamente violento, sorprendentemente más verdadero que el verdadero, empieza a perfilarse en el horizonte.

¿Hasta dónde podemos llegar antes de que lo irreal se transforme en locura? ¿El concepto de locura existe realmente o no es más que una palabra que sirve para definir algo que se nos escapa irremediablemente de las manos? En el caso de Aloys, podríamos hablar de obsesión, escapatoria virtual de un mundo que no puede aceptar si no viene filtrado por el teleobjetivo de su cámara. Tobias Nölle retrata con elegancia a un antihéroe moderno que se busca a sí mismo, a un personaje que se encuentra en las antípodas del “macho man” prototípico caracterizado por una sonrisa irradiante y un comportamiento irreprensible. La de Aloys es una locura increíblemente humana y conmovedora con cierto toque underground, esto es, contracorriente. La relación que mantiene con Vera, a pesar de la distancia física, es cada vez más íntima y concreta, como si la imaginación que los une pudiera reemplazar el contacto de los cuerpos, el sabor y la delicadeza de las pieles. La estupenda fotografía Simon Guy Fässler y los sorprendentes planos que parecen aislar a Aloys del resto del mundo dotan al conjunto de la película de un toque casi esotérico y de unos tonos casi románticamente pop. Un film misterioso y potente como antídoto contra la banalidad.

Aloys tiene como agente de ventas internacionales a New Europe Film Sales.

(Traducción del italiano)