30/05/2016 - La nueva película de Rocha es una historia de venganza ambientada en las Azores y protagonizada por Joana Bárcia, Miguel Borges y Filipe Duarte

Robo y fuga; rencor y venganza; caza y asesinato. Estos son los temas clásicos sobre los que el director portugués Luís Filipe Rocha ha estructurado la trama de su última película, Cinzento e Negro [+lee también:
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ficha de la película], actualmente en las salas portuguesas. El título está tomado de una frase del escritor Raul Brandão sobre la isla del Pico, en las Azores, donde se desarrolla la parte final de la historia. El resto del tiempo, Cinzento e Negro —una especie de western con notas de tragedia griega— tiene lugar en la isla de Faial (también en las Azores) y en Lisboa. Allí es donde los protagonistas se conocen y pasan a formar parte de sus respectivas vidas, usando o ayudando a los demás para alcanzar su objetivo común: encontrar a David (Miguel Borges).

David, que ahora trata de construir una nueva vida en Pico —donde ha adquirido una casa y unas cuantas vacas—, huyó de Lisboa y de su novia, Maria (Joana Bárcia). Maria cuidaba de un viejo profesor de español que estaba confinado a la cama por una enfermedad degenerativa, con la esperanza de heredar su dinero cuando muriera; pero un día, el anciano, harto de sufrir, convence a David para que le mate, ofreciéndole una buena cantidad de dinero. Abandonada y furiosa, Maria pide a un policía (Filipe Duarte) que la ayude a buscar a David, y los dos acaban en Faial. Maria quiere venganza; el policía quiere el dinero. Y acabarán siendo improbables aliados en una despiadada caza al hombre.         

Rocha es probablemente uno de los cineastas más infravalorados de un país con una industria cinematográfica pequeña, desgarrada entre los dos extremos: el cine comercial —y superficial— y el de arte y ensayo. Como António-Pedro Vasconcelos (Amor Impossível [+lee también:
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entrevista: Victória Guerra
ficha de la película])  y el difunto José Fonseca e Costa, Rocha es uno de esos directores que tratan de hacer películas mainstream sin caer en la frivolidad o en los atajos. Cinzento e Negro es una buena muestra de ello. Un guión que mantiene casi todo el rato un alto nivel de calidad, con unos diálogos que son todo un reto, brinda al reparto la oportunidad de brillar: Bárcia destaca especialmente por su carácter rudo, y Duarte —que vuelve a trabajar con Rocha tras A outra margem [+lee también:
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ficha de la película] (2007)— emociona por su sombría acritud y su desesperación corrompida. El director de fotografía, André Szankowski, aprovecha al máximo los paisajes de las Azores, subrayando su potencial para la tragedia, mientras que el músico de jazz Mário Laginha envuelve esos mismos paisajes en una inesperada atmósfera de levedad, que entra en agudo contraste con la pesadumbre de la trama. 

Cinzento e Negro ha sido producida por la compañía lisboeta Fado Filmes junto a la brasileña Luz Mágica, con el apoyo del ICA, Ancine y el programa Ibermedia.

(Traducción del inglés)