03/09/2016 - VENECIA 2016: El holandés Martin Koolhoven firma un western tradicional, coproducido entre países europeos y protagonizado por Dakota Fanning, Guy Pearce, Kit Harington y Carice van Houten

Ivy George, William Houston y Dakota Fanning en Brimstone

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Q&A: Martin Koolhoven
ficha de la película], presentado a concurso en la Mostra del cine de Venecia, regresa el western puro y duro, un género sepultado durante años que sólo en los últimos años ha dado algunas señales de reanimarse. En un festival que alberga otros títulos que retoman y reescriben el género, como The Bad Batch, de Ana Lily Amirpour, y The Magnificent Seven, de Antoine Fuqua, en el caso de Brimstone no es un estadounidense quien lo firma sino un holandés, llamado Martin Koolhoven.

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ficha de la película] en 2005. La siguieron Bonkers [+lee también:
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ficha de la película],premiadas de maneras diferentes en taquilla o festivales. Con Brimstone, el director de La Haya, a sus 47 años, se atreve por primera vez a rodar en lengua inglesa, en el marco de una robusta coproducción europea en la que han participado la empresa del propio director, creada a tal efecto, Els Vandevorst, en compañía de N279 Entertainment, X-Filme (Alemania), Prime Time (Bélgica), The Jokers (Francia) y Dragon Films (Suecia) y el apoyo del Netherlands Film Fund. La película cuenta con Embankment Films como agente de ventas.

Koolhoven otorgó el papel protagonista de su oscuro western gótico al rostro luminoso de Dakota Fanning, perseguida por un despiadado Guy Pearce que encarna a un inquietante predicador (desde Sin ley no veíamos a Pearce tan aterrador). Los acompañan Kit Harington (Juego de tronos) y Carice van Houten, la musa del director (también apareció en su serie de televisión). La cinta, dividida en capítulos bíblicos (1. Apocalipsis, 2. Éxodo, etc.), arranca en un minúsculo pueblo del salvaje oeste donde la joven Liz, muda, vive con su marido, el hijo de él y una hijita. Liz ayuda a las mujeres del lugar a parir; pero cuando aparece en la ciudad el oscuro predicador le sobreviene un accidente: un niño se presenta con con los pies y Liz se ve obligada a sacrificar al bebé para salvar a la madre. No tardamos en descubrir que el eclesiástico está allí por ella, para vengarse de un homicidio del que la joven sería responsable. En este profundo primer capítulo no se ahorra al espectador ciertos sustos típicos de las películas de terror ni tampoco una violencia incómoda, como en la escena en la que vemos cómo se aprieta una cuerda en torno a un hombre todavía vivo: casi un autohomenaje a las primerísimas películas del director, extremadamente provocativas, como la obra para televisión Duister Licht, en que se mostraba la matanza de un cerdo.

Con el segundo capítulo, la película da un salto hacia atrás en el tiempo y en el espacio, hasta un burdel en el que la adolescente Liz es acogida y obligada a prostituirse. Empezamos, de esta manera, a conocer los orígenes de esta mujer fuerte y de lo más valiente en un ambiente despiadada como sólo la tierra de frontera puede serlo. Violencia, religión (hoy era el día de Young Pope, de Paolo Sorrentino), emancipación femenina con algún que otro déjà vu y alguna simplificación en exceso pero, ante todo, el intento de abrir una brecha en la industria hollywoodiense: un deber de cuando en cuando para los europeos, lo que siempre es de alabar.

(Traducción del italiano)