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SOLEURA 2017

I Am Truly a Drop of Sun on Earth, una película que "simplemente" tiene prisa por existir

por 

- Elene Naveriani, joven directora georgiana formada en Suiza, presenta en las Jornadas de Soleura una ópera prima fascinante y radical

I Am Truly a Drop of Sun on Earth, una película que "simplemente" tiene prisa por existir

I Am Truly a Drop of Sun on Earth [+lee también:
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ficha de la película
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, ópera prima de Elene Naveriani, en competición por el Premio de Soleura en las Jornadas de Soleura, es una objeto misterioso que emana una belleza venenosa y peligrosamente seductora. Teñida de un blanco y negro atemporal y al mismo tiempo universal, I Am Truly a Drop of Sun on Earth nos transporta a un espacio-tiempo que irradia una actualidad a la que no se os permite acceder; una actualidad que destroza los ojos y desgarra el corazón.

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Elene Naveriani regresa a su Georgia natal, para ser más precisos a la capital, Tiflis, que conoce como la palma de su mano, para contarnos una historia sobre la marginalidad y el afecto (o al menos eso que queda entre los escombros de una ciudad a la deriva). April, una prostituta de poco más de treinta años, sale de prisión para recomenzar, pero siempre llevando una coraza que la proteja de los golpes que da la vida. Sin embargo, esta vez el destino ha decido poner en su camino a Dijé, un joven nigeriano que aterriza en Georgia pensando que se trataba de los Estados Unidos y que se encuentra aprisionado en un país que solo le ofrece miseria. Dijé, estigmatizado por su color de piel, marginado entre los marginados, intenta sobrevivir como puede realizando trabajos mal pagados y pasando noches sin dormir rodeado de otros compatriotas que se encuentran como él en la Georgia equivocada, y que respiran por una inercia arrastrada por el único aliciente que les queda: la música. April y Dijé se encuentran, refuerzan sus corazas hasta que una fina grieta, casi invisible, permite al fin que sus sentimientos afloren, de un modo tímido y tope, como si la esperanza fuera ahora una palabra desconocida para ellos.

A través de su I Am Truly a Drop of Sun on Earth Elene Neveriani se enfrenta a la melancolía de aquellos que sobreviven sin perder lo único que les permite alzar la cabeza: su humanidad. El gran trabajo de la directora para ganarse la confianza de sus actores (que se interpretan a sí mismos) se aprecia durante toda la película y forma parte del proceso fílmico. Con la distancia necesaria para no caer en el sentimentalismo y dejando al público el espacio necesario para respirar y reflexionar, Elena hace vivir a sus personajes más allá del peso de sus propios cuerpos, la luz de sus miradas fugaces y penetrantes a través de una peligrosa investigación psicológica. En este sentido, se incorpora la incertidumbre temporal creada por el blanco y negro: pasado, presente y futuro al mismo tiempo, se adhiere a los personajes como una segunda piel. La directora se transforma entonces en una coreógrafa que transmite con fidelidad las intenciones ocultas de las personas-personajes que viven en su obra. Su modo de deambular por las calles: el paso felino de April y el malestar de los músculos tensos de Dijé nos dice mucho más que los diálogos. El modo tan personal que Elena Naveriani tiene de enfocar la realidad proporciona a su película una fuerza tóxica que parece condensar toda la melancolía y los sueños rotos de sus protagonistas. La belleza en la miseria es lo que regala a su tierra natal, y lo hace con la lucidez y la audacia formal que nos gustaría encontrar en tantos otros artistas.

I Am Truly a Drop of Sun on Earth ha sido producido y distribuido en Suiza por la ginebrina Alva Film.

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(Traducción del italiano)

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