25/01/2017 - La productora y ahora también cineasta Elise Shubs ha presentado en las Jornadas de Soleura el estreno mundial de su primer largometraje tras la cámara

Después de haber pasado más de un lustro trabajando como productora para Climage (en proyectos comprometidos socialmente como Vol spécial [+lee también:
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ficha de la película], ambos dirigidos por Fernand Melgar), Elise Shubs ha pasado por fin al lugar de cineasta con Impasse [+lee también:
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ficha de la película] para interesarse por un tema que “le revuelve las entrañas”: la prostitución.

Elise Shubs siempre ha prestado una atención extrema a las dinámicas sociales “ocultas” que nos rodean y lleva más de una década interesándose por la inmigración. Para su Impasse, por tanto, ha decidido centrarse en una microrrealidad: la de Lausana, que conoce a la perfección que resume muy bien un fenómeno de alcance universal como la prostitución. ¿Cómo puede hacerse un documental sobre un tema tan candente sin mostrarlo? ¿Cómo retratar esta realidad sin mostrar un solo rostro (para proteger la integridad tras sus valientes testimonios)? Tales son las preguntas a las que Elise Shubs ha tratado de responder en su primer largometraje. Las palabras de los relatos a menudo espeluznantes de las testigos sin rostro resuenan en el oído como un eco alejado y despiadado. La imposibilidad de identificar a la persona asociada al relato lo dota de una inesperada intensidad, una universalidad inquietante y terriblemente banal: muchos, infinitos relatos de vida que cabría preferir ignorar relegándolos a una marginalidad de la que no ocuparse.

El sutil trabajo de fotografía de Matthieu Gafsou, que debuta en el cine, dota a la película de un subtexto extremadamente potente. Obligado a trabajar con imágenes distintas de los rostros que dan testimonio, Matthieu Gafsou transforma el aspecto visual de la ciudad (los “escondites” donde se consuman transacciones feroces y banales) en todo un personaje de la película. El baile incesante de coches que desfilan por la Rue de Genève ritma las palabras de las protagonista del film, que parece cantar una melodía triste sin que por ello deje de ser bien conocida. Sin cabalgar la ola de los clichés, Elise Shubs se “contenta” con recavar los testimonios de sus protagonistas respetando lo más posible la fidelidad de los relatos, la crueldad de sus palabras, que desfilan sobre las imágenes como la lava de un volcán. Cuatro mujeres, en su mayoría inmigrantes y madres de familia, se confían durante poco más de una hora frente a la cámara de Elise Shubs, que acoge su sufrimiento, sus dudas y sus esperanzas sin juzgar, sino todo lo contrario: tratando de entender cómo llegaron a ese lugar que para tantas tiene la forma de una prisión infernal. Desde las que decidieron recorrer esta calle para llegar al final de meses difíciles (y que trabajan en los diferentes “salones”) hasta las que se vieron enerradas en una peligrosa trata de seres humanos (y que a menudo vemos en las aceras de la Rue de Genève), todas han aprendido (a su pesar) a convivir con el dolor de una vida robada y puesta a disposición del mejor postor. Ante todo, Impasse nos enseña hasta qué punto las consecuencias de su “trabajo” son devastadoras: no sólo en su cuerpo sino también y sobre todo en su mente, obligada a esperar sin descanso por un mundo mejor para poder soportar mejor la cruda realidad que las rodea. ¿Y si el sueño no fuera más que eso? ¿Y si más allá de la pesadilla no hubiera nada?

Impasse es una producción de la Casa Azul de Lausana, que se encargará de distribuirla en Suiza.

(Traducción del italiano)