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CANNES 2017 Semana de la Crítica

Gabriel e a montanha: El hombre de la camiseta del Flamengo y la espada masái

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- CANNES 2017: Fellipe Gamarano Barbosa firma una ficción admirable en la que narra el periplo existencialista por África de un joven investigador brasileño

Gabriel e a montanha: El hombre de la camiseta del Flamengo y la espada masái
Caroline Abras y João Pedro Zappa en Gabriel e a montanha

“He encontrado al blanco. Está muerto”. En las laderas del monte Mulanje en Malaui, tras una espléndida secuencia de apertura en la que dos hombres cortan la maleza en una localización que quita el aliento, aparece en pantalla Gabriel Buchmann, o más bien su cadáver, en un peñasco anfractuoso. Compañero de clase en el colegio y amigo del realizador brasileño Fellipe Gamarano Barbosa, este personaje fuera de las normas, destinado a un final trágico, ha inspirado al cineasta su segundo largo, Gabriel e a montanha [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, producido por Brasil y Francia, que ha sido hoy todo un descubrimiento al proyectarse en competición en la Semana de la Crítica del 70º Festival de Cannes.

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Kenia, Tanzania, Zambia y finalmente Malaui: el film reconstruye los 70 últimos días de la vida de Gabriel (el excelente João Pedro Zappa), que viajó por el mundo durante unos 10 meses, con la intención de estudiar luego en una universidad estadounidense. Viajando solo, con una mochila a la espalda y sandalias en los pies, y habiéndose asignado como misión hacer una investigación sobre la pobreza, viviendo literalmente en contacto con los habitantes, “allí donde vive el pueblo”, el joven brasileño es un ser hipersociable, un payaso que divierte a los niños, un entusiasta que adopta las costumbres locales con la rapidez del rayo, vistiéndose como un masái cuando está entre masáis, llamando a las puertas de unos y otros, instalándose en las casas de los lugareños y tomando fotos que aparecen a lo largo del film. “Viajo como siempre he soñado. Soy feliz porque todo supera mis expectativas”. Pero Gabriel también tiene una personalidad que linda a veces con la antipatía, marcada por una hiperactividad febril y un deseo incansable de no comportarse como un turista que resultan ligeramente inquietantes, cualidades en las que se aprecian fisuras indefinibles. Esta ambigüedad es tratada por el realizador con gran sutileza, sobre todo en la dificultosa ascensión al Kilimanjaro, aventura que Gabriel emprende de manera precipitada y con un equipo deficiente; al llegar agotado a la cima —tras haber estado a punto de rendirse—, entierra allí una foto de su difunto padre. Luego se encuentra con su novia brasileña, Cristina (Caroline Abras), y sigue viajando con ella por este continente de una manera un poco más turística (se van de safari, visitan las cataratas Victoria), tratando al mismo tiempo de cortocircuitar el itinerario (“no me gusta sentirme una presa”) y tomando por ello a veces riesgos incomprensibles. Y si el amor está sin duda presente, la cuestión del futuro queda en suspenso; Cristina, antes de subirse al avión de vuelta, afirma que Gabriel “ha huido a África después de decepcionar a todo el mundo”. Pero no aprendemos más sobre este tema, y Gabriel, cada vez más apurado económicamente, prosigue su viaje en solitario hacia Malaui, donde realizará la última parte de su viaje por el mundo, la ascensión al monte Mulanje, un territorio donde reinan los espíritus.

Filmada admirablemente, con una increíble riqueza de planos, Gabriel e a montanha es una cinta que no se mueve en una lógica de eficacia directa, sino que deja fluir un sentido subterráneo, componiendo un cuadro sorprendente, mezclando sus dos intérpretes principales y profesionales con toda una multitud de no profesionales que son con frecuencia las mismas personas que se cruzaron con el Gabriel Buchmann real, y que cuentan sus recuerdos, participando al mismo tiempo en la recreación ficcional de su trayectoria. Un brillante acierto formal en una película que no pretende despejar todos los misterios de una vida y una muerte, sino usarlos para destilar un perfume de un encanto irresistible.

Producida por la compañía brasileña TV Zero y por la francesa Damned Films y coproducida por Arte France Cinéma, Gabriel e a montanha será distribuida en Francia por Version Originale/Condor; las ventas internacionales están a cargo de Films Boutique.

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(Traducción del francés)

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