email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

KARLOVY VARY 2017 Competición

Khibula: una perspectiva psicológica del poder

por 

- KARLOVY VARY 2017: El director georgiano George Ovashvili vuelve a la competición de la muestra checa con una cinta sobre un presidente depuesto

Khibula: una perspectiva psicológica del poder

El director georgiano favorito de Karlovy Vary, George Ovashvili, cuya Corn Island [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: George Ovashvili
ficha de la película
]
ganó el Globo de Cristal 2014 antes de ser preseleccionada a los Óscar, vuelve a la competición del festival con una película nueva y bastante diferente: Khibula [+lee también:
tráiler
entrevista: George Ovashvili
ficha de la película
]
. Mientras que su anterior trabajo y su debut de 2009, The Other Bank [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, trataban sobre personas normales en circunstancias dramáticas, Ovashvili utiliza en esta ocasión a un personaje histórico como base para acercarse al personaje de un líder desde un ángulo psicológico y contemplativo —cómo percibe el poder, cómo percibe su propia posición en el mundo—.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Basada libremente en los últimos días del primer presidente democrático de Georgia, Zviad Gamsakhurdia, que murió en circunstancias no esclarecidas, Khibula se ambienta en unas montañas majestuosas pero implacables, donde el anónimo presidente (interpretado por el veterano actor iraní Hossein Mahjoub) se exilia, huyendo de los que le han depuesto en un golpe de estado. Junto a un grupo de 15 personas leales, incluyendo el primer ministro (Kishvard Manvelishvili), el presidente al principio planea dejar el país para tratar de recuperar el poder más adelante. Pero cuando, en un momento del principio del film, el grupo encuentra refugio en un hotel destartalado, donde el encargado y la joven recepcionista parecen sugerir al presidente que la gente todavía cree en él, el mandatario decide quedarse y no abandonar su patria. También descubren que unas tropas dispersas de la Guardia Nacional, que están de parte del presidente, están intentando reagruparse en un depósito de agua a dos días caminando del hotel; el grupo planea salir en busca de estas tropas.

Sin embargo, en el caso de esta película, la sinopsis puede ser engañosa. No estamos ante un thriller lleno de suspense con persecuciones, tiroteos y un trasfondo político complicado. Aunque la situación de Georgia en los 90 era ciertamente compleja, Ovashvili no entra en detalles para enmarcar la historia en un contexto más universal. A medida que el grupo viaja por las montañas, con perseguidores invisibles en los talones, van llegando a un refugio tras otro en los que encuentran personas que les tratan con amabilidad, aunque en esa situación, es difícil confiar completamente en nadie. También se topan con algún rechazo, sobre todo al final del film, cuando una vieja grita al presidente: "¿Por qué has venido aquí? ¡Te has cargado el país!".

Los seguidores del presidente van abandonándole, el grupo va haciéndose cada vez más pequeño, y él empieza a darse cuenta de lo engañoso que es el poder y en qué medida la percepción que tiene la gente de su autoridad depende de la burbuja que le rodea. En ese punto, Ovashvili emplea escenas oníricas y alucinatorias; el presidente primero escucha a una multitud que corea, "¡Gloria a nuestro presidente!", y que justo después gritan, "¡Judas, Judas!".

Este tratamiento del tema no resultará fácil de digerir para todos, pero si se ve la cinta con una mente abierta, la experiencia puede ser muy satisfactoria y dar mucho que pensar. Las intachables contribuciones técnicas contribuyen a ello, desde los geniales encuadres del director de fotografía Enrico Lucidi (Baaria [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
), tanto en los majestuosos exteriores como en los verosímiles interiores, hasta el ritmo equilibrado de la montadora Sun-Min Kim, pasando por la evocadora música de cuerdas de Josef Bardanashvili, que abarca registros tanto melancólicos como llenos de suspense. El motivo recurrente en la obra de Ovashvili del enfrentamiento del ser humano contra la naturaleza alcanza nuevas cotas gracias a una estrategia directiva más contemplativa y psicológica. Finalmente, Mahjoub imbuye de complejidad la interpretación del que podría ser un personaje genérico —un arquetipo, más que una persona—, en una interpretación que puede servir de clase magistral incluso a actores veteranos.

Khibula está coproducida por la compañía georgiana Alamdary, la alemana 42 Film, la francesa Arizona Productions y ZDF/Arte. Pluto Film detenta los derechos internacionales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy