03/09/2017 - VENECIA 2017: Lo nuevo de Edoardo Winspeare, presentado a concurso en la sección Orizzonti, vuelve a contar una pequeña historia ambientada en el Salento, lugar de nacimiento del cineasta

La vida avanza lentamente en el pueblecillo de Disperata (Apulia). Lenta como esa babosa en el prado que aparece en la primera toma de La vita in comune [+lee también:
tráiler
ficha de la película], dirigida por Edoardo Winspeare, presentada en la sección Orizzonti de la Mostra del cine de Venecia y estrenada en cines en Italia hoy. En la bucólica escena irrumpen dos bicicletas conducidas por una pareja de botarates desequilibrados que se dirigen a una gasolinera. El robo acabará con su muerto: un precioso pastor alemán. Más tarde, en el calabozo junto con un camorrista al que llaman Ciro 'a bestia, uno de los dos atracadores, Pati, reflexiona, arrepentido, sobre aquel asesinato gratuito.

Desde el principio del film se intuye rápidamente que Winspeare apuesta por un tono ligero, por personajes un poco fuera de lo común sin caer en la comedia regional: una decisión muy meditada y acertada para construir un mundo que también en la realidad tiene sus aspectos paradójicos. Bienvenidos al sur.

Es fácil descifrar a los protagonistas, habitantes de este microcosmos que el director conoce y ama: el nombre del pueblo, Disperata [ndt: desesperada en español], no es sino una paráfrasis de Depressa [ndt: deprimida en castellano], la localidad salentina que alberga el Castillo de los Winspeare, donde Edoardo nació y creció. El alcalde Filippo Pisanelli (interpretado por Gustavo Caputo, socio de Winspeare en Saietta Film, productora del film) se siente inadaptado a su papel y prefiere escribir poesía y enseñar literatura a los presos; los hermanos Angiolino y Pati, dos atracadores dilettanti (Antonio Carluccio, que en la vida real trabaja en el cementerio de Muro Leccese, y Claudio Giangreco, enjabelgador); Eufemia, la charcutera y asesora comunal, antigua mujer de Pati (Celeste Casciaro, actriz y mujer del director); el joven Biagetto (Davide Riso, trabaja en un supermercado), hijo descabellado de estos últimos. En la cárcel, Pati conocerá al alcalde, quien le instruirá en la belleza de la poesía, mientras que su hermano, Angiolino, más refractario a la redención, desea robar un banco y acabará disuadido por el Papa en persona. Así que, para Disperata, a pesar del nombre, aún hay esperanza, una esperanza que podría residir en el avistamiento de un ejemplar de la ya extinta foca monje.

La vita in comune, como las películas anteriores de Winspeare, es un pequeño ensayo afectuoso sobre la "cuestión meridional" italiana, sin atenuantes históricos, que hace un llamamiento a la posibilidad de un rescate: paro, ausencia de futuro, alienación creciente de una parte... el coraje, el calor, la dignidad social y la inteligencia de la otra. Hay un futuro posible, hay espacio para actuar, la partida no ha acabado en estos lugares.

Intramovies es la agencia de ventas internacionales de esta producción de Saietta Film y Rai Cinema. 

(Traducción del italiano)