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FIDMARSEILLE 2018

Crítica: Segunda vez

por 

- La española Dora García crea un documental apasionante y abierto a la interpretación con la dictadura argentina como telón de fondo

Crítica: Segunda vez

“No es sólo un nombre, es un mundo, empezamos a asociar los cuerpos y las voces, las ideas…” A continuación, algunos elementos que componen el apasionante documental Segunda vez [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Dora García, que compite en la 29ª edición del FIDMarseille (del 10 al 16 de julio): construir un puente entre lo observado y los que observan, fomentar la reflexión en torno a la percepción y a la información existente o ausente, apoyándose en una especie de repetición diferenciada que pone en relieve un periodo cruel de la historia del siglo xx, a la vez que rompe con el totalitarismo de la comunicación mediante un acto artístico vanguardista

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Pero no crean que el “documental” de la directora española, muy conocida en el mundo del arte contemporáneo (ha representado a España en la Bienal de Venecia 2011) y exploradora de varios soportes de expresión (películas como The Deviant Majority y The Joycean Society) es una obra compleja, reservada a los intelectuales y repleta de conceptos, performances, psicoanálisis lacaniano, filosofía e historia. Aunque el documental cumpla todos esos requisitos, la simplicidad de su presentación y la delicadeza de su estructura narrativa abarcan varios niveles de comprensión permiten abrir sin cerrar un gran campo de interpretación.

Dora Garcia teje una narración minuciosa, a partir de la recreación de dos happenings (Para inducir el espíritu de la imagen y El helicóptero) y de un anti-happening (El mensaje fantasma) realizados por el argentino Oscar Masotta en 1966 y 1967 (antes de que el golpe de Estado militar lo obligase a exiliarse en España), de una puesta en escena de la novela corta Segunda vez de Julio Cortázar, de la novela Museo de la Novela de la Eterna de Macedonio Fernández y del happening Calling del estadounidense Allan Kaprow.

La película empieza con una puesta en escena impactante donde 19 individuos viejos y pobres se encuentran alineados de espaldas contra la pared y pasan una hora de pie bajo una intensa luz blanca y un sonido electrónico estridente. A continuación, aparece una serie de fotos de archivo (en negativo) sobre la represión llevada a cabo por el ejército argentino en los años 60 y 70. Después, el hilo narrativo se traslada a Bélgica para hablar sobre historia (peronismo) y formular preguntas (sobre la película que se está haciendo) en la biblioteca de la Universidad de Louvain, antes de asistir a una performance en un acantilado cerca de San Sebastián, donde se encuentran dos públicos intercambiando opiniones sobre un mismo acontecimiento del que sólo tienen una visión parcial. Todo termina en Buenos Aires con una fascinante secuencia sobre discusiones que adornan la mirada inquieta provocada por convocatorias inexplicables de la policía, seguida de un interrogatorio donde la amenaza y la opresión se unen en la banalidad. Se divide en episodios donde siempre interviene un componente reflexivo y donde los protagonistas son, al mismo tiempo, observadores y observados, en un bucle repetitivo cuyo objetivo es abrir una puerta al libre pensamiento, tomando conciencia de los yugos del totalitarismo en todas sus formas.

Segunda vez, muy cuidada tanto en el fondo como en la forma, también es instructiva pero no intrusiva; y ha sido producida por la sociedad belga Auguste Orts, con el apoyo de varias instituciones noruegas.

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(Traducción del francés por Carolina Benítez)

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