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PELÍCULAS Francia

Crítica: Le Poulain

por 

- El autor de cómics Mathieu Sapin debuta en el cine con una comedia ligera y mordaz sobre los entresijos de una campaña política

Crítica: Le Poulain
Finnegan Oldfield en Le Poulain

“¿Te interesa Francia? Se acercan las presidenciales (…) La política es un medio repleto de feromonas; hay más machos alfa que en el resto de la población (…) Cinco de la tarde en la Asamblea, la hora en que las fieras van a beber”. De la noche a la mañana, Arnaud Jaurès, un joven cuadrilingüe de 25 años, pasa de estar haciendo un curso privado de alemán dirigido a miembros del partido, a un reclutamiento express para el puesto de asistente de la directora de campaña de una candidata a las primarias del partido Nouveau Rassemblement Démocratique. La divertida comedia Le Poulain [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
narra el viaje iniciático de este novato total en campañas electorales. Se trata del primer largometraje del autor de cómics Mathieu Sapin, que conoce bien el tema, ya que en 2012 publicó Campagne présidentielle y en 2015, Le Château (sobre los entresijos del Elíseo).

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Arnaud (Finnegan Oldfield), que decide aplazar para más adelante su proyecto de irse a Canadá para fundar una ONG con su novia, actúa a ciegas y con dolor al servicio de la estricta e hiriente Agnès Karadzic (Alexandra Lamy), a la que todos llaman en secreto “la nevera”: “Este tipo representa 3000 votos, también hay que reconocer (…) que es un estúpido. Pero eso también es política. Yo no pretendo que te encargues del asunto, necesitamos gente rápida”. Siguiendo los pasos de la candidata, Catherine Beressi (Valérie Karsenti), de una provincia a otra y de una TV a otra, Arnaud va encontrando poco a poco su lugar hasta que el equipo de comunicación desvía el rumbo en favor del vencedor de la primaria, Pascal Prenois (Gilles Cohen): “La política también es eso, saber cambiar de programa”.

Inicio de la segunda fase, la campaña presidencial, con un Tour de Francia que se intensifica, laboratorios de investigación convertidos en alojamientos y conferencias convertidas en briefings. De la mano de Agnès, Arnaud consigue integrar círculo más íntimo del candidato y hacerse notar en una sola punchline. Aunque consigue navegar con habilidad las corrientes (“Vas a tener que elegir tu campo, eso también es política”) y las estrategias (“Se va a afiliar. ¡Despierta! Esta secuencia ha acabado. Adaptamos nuestras ambiciones a nuestros medios”), cometerá un error fatal… O casi, pues en Política, nada está perdido definitivamente y el Capitolio está cerca de la Roca Tarpeya…

A través de la mezcla de elementos verídicos (tratados con una ironía tan rápida y cómica que neutraliza la alta dosis de ridículo y ferocidad) con una carrera de ascenso novelesca (casi a lo Balzac), Le Poulain pinta un cuadro divertido de un mundo de tiburones que se ahogan en un vaso de agua pero que también están dispuestos a desgarrarse con la sonrisa. La película, muy bien interpretada (y comprendida por Brigitte Rouan y Philippe Katherine), cuyo guión ha sido escrito por Mathieu Sapin y Noé Debré, resulta demasiado convencional en su desarrollo narrativo y no alcanza la cima del género que supuso Crónicas diplomáticas, de Bertrand Tavernier. Pero es un primer largometraje que no carece de espíritu, ni de ritmo y que se distingue perfectamente por su finura de fondo, propia de las comedias hexagonales.

Le Poulain ha sido producida por Pyramide Productions y por Bac Films, que gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés por Carolina Benítez)

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