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PELÍCULAS / CRÍTICAS Suiza / Italia

Crítica: La sera di tutti i giorni

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- La película del director suizo Felix Tissi es una reflexión sarcástica y compasiva sobre el envejecimiento, la muerte, el amor y la amistad

Crítica: La sera di tutti i giorni
Uli Krohm y Vilmar Bieri en La sera di tutti i giorni

"El tiempo es insaciable y nos va carcomiendo poco a poco. La razón por la que existimos es para que el tiempo pueda llenar su estómago. Solo somos su desayuno". La sarcástica reflexión de uno de los personajes de La sera di tutti i giorni, de Felix Tissi —que llega a los cines italianos hoy, 13 de julio, a través de Solaria Film, y a los cines suizos a finales de agosto, por cortesía de Xenix Film Distribution, y todo ello tras haber sido seleccionada en las Jornadas de Soleura—, resulta fundamental en el delicado mosaico que el director suizo, nacido en 1955, ha querido componer en torno a la idea de la muerte, el amor y la amistad, conceptos todos ellos estrechamente ligados a envejecer —o enfermar— en el siglo III.  No es casualidad que la serie ideada por el premiado Chuck Lorre, El método Kominsky, protagonizada por Michael Douglas y Alan Arkin, tuviera el éxito que tuvo. Sonreír ante el progresivo agarrotamiento de nuestras articulaciones, los cada vez más frecuentes agujeros en nuestra memoria a corto plazo y un vaciado de la vejiga que cada vez se parece más a un código morse, es una de las formas de exorcizar la proximidad del fin que no implican prácticas religiosas ni complicados ejercicios supersticiosos. Y es que afortunadamente, la televisión y el cine han reemplazado a las aterradoras pinturas de Pieter Bruegel el Viejo.

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Esta aproximación de Felix Tissi no tiene nada que ver con el estilo de Hollywood. La sera di tutti i giorni adopta un humor negro de marca helvética, en el subgénero cantonés de habla alemana —si es que alguna vez hubo uno—, que está más cerca del laconismo escandinavo y nórdico de —por poner un ejemplo— El abuelo que saltó por la ventana y se largó [+lee también:
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, del director sueco Felix Herngren. Sin embargo, Roy Andersson es probablemente el primer director que nos viene a la mente al ver la comedia negra de Tissi. La sera di tutti i giorni está dividida en capítulos, de manera que presenta un estilo casi idéntico al de los cuadros de Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia [+lee también:
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, con protagonistas en el límite, o más allá del límite, de lo verosímil. Se trata de un pequeño teatro del absurdo con el que reflexiona sobre lo absurdo de la vida, de manera que complementa esta reflexión con situaciones visuales y bromas cáusticas como "Mi mujer me pega todos los miércoles" - "¿Y los jueves no? Así da gusto". Esta curiosa conversación tiene lugar entre dos hombres, Leopold y Alex (Uli Krohm y Vilmar Bieri, respectivamente), que se hacen amigos después de que Leopold choque contra la parte trasera del coche de Alex y destroce su vehículo. Como no podía ser de otra forma, Alex acaba yéndose a vivir con su nuevo conocido.

La película también acoge a otro tipo de personajes singulares, entre los que se encuentran una florista desilusionada que vende sus flores a todos los que buscan hipócritamente la redención o el cumplimiento de sus deseos, un hombre que acaba de salir de la cárcel y al que no le queda nada más que un mísero buzón de correos, un médico que llora cuando lee los historiales médicos de sus pacientes, un grupo de enfermos terminales que se fuman un cigarrillo al tiempo que cantan la brechtiana Alabama Song (Whisky Bar) —esa cuyos versos dicen "I tell you we must die"—, dos sepultureros beckettianos y, por último, una pareja de ancianos, Henri e Irma (Sandro Di Stefano y Hiltrud Hauschke), que están tan compenetrados que, cuando a ella le pica la espalda, le pide a él que se rasque su propia espalda… Incluso después de muertos. El leitmotiv es una larguísima limusina que atraviesa el pequeño pueblo suizo con una inquietante figura a bordo —es fácil adivinar quién o qué es—. La película de Felix Tissi, que parece cínica, pero en realidad está llena de compasión humana, nos enseña que uno puede atreverse incluso a desafiar a la muerte. Como Leopold le dice a Alex: "¿Qué sería de la vida sin la muerte? No le daríamos la misma importancia, ¿verdad?".

La sera di tutti i giorni es una coproducción entre Italia y Suiza de Solaria Film y Peacock Film.

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(Traducción del italiano)

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