29/02/2024 - BERLINALE 2024: La serie de los hermanos D’Innocenzo, sobre un detective perturbado que sigue a un asesino en serie, lleva los elementos del policiaco a su exponente más oscuro

Filippo Timi en Dostoyevsky

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ficha de la serie] (estrenada este año en la Berlinale), se parece más a un largometraje que a algo realmente episódico, continuando su estilizado y misántropo viaje al corazón podrido de la sociedad italiana, aunque esta vez los encontramos jugando con las convenciones y estereotipos establecidos del drama policíaco.

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Encontramos por primera vez a Enzo Vitello (Filippo Timi), un cuarentón apuesto aunque de aspecto cansado, tumbado mientras espera a que haga efecto el puñado de pastillas que acaba de tomarse. Sin embargo, una llamada de teléfono le informa de que han encontrado a otra víctima, por lo que el detective suicida debe volver al trabajo.

Es un comienzo tan sombrío que casi resulta gracioso, pero estos momentos extremadamente oscuros y serios provocan una reacción similar durante el transcurso de esta historia sobre un hombre roto que sigue la pista de un escurridizo asesino en serie. Aunque la serie adopta a veces un modo visceral y realista, donde la interpretación de Timi aporta cierta solidez al proyecto, la mayoría de estos acentos de pesadumbre no se perciben como desarrollos totalmente orgánicos, sino más bien como intentos de jugar y estirar los tópicos del drama policíaco. Este deseo palpable de conmocionar al público, de adentrarse en un territorio aún más perturbador que el más oscuro de los noirs nórdicos o la igualmente taciturna True Detective, a veces se produce a expensas de la credibilidad o el tono. 

Por inverosímiles que resulten, estos elementos son al menos emocionantes y diferentes. No obstante, Dostoyevski, el apodo del asesino en serie, que deja largas cartas en cada una de sus brutales escenas del crimen, resulta mucho menos estimulante cuando se limita a reproducir clichés sin desarrollarlos. Al final de la serie, el manido estereotipo del detective que acaba enloqueciendo por su obsesión con un asesino perturbado se convierte en algo completamente distinto, original y profundamente inquietante. Por otra parte, el personaje de la hija de Enzo, Ambra (la etérea Carlotta Gamba), una drogadicta con sentimientos muy conflictivos hacia su distante padre, es poco más que una excusa para ideas más banales sobre la paternidad.

La relación paternofilial también prepara el terreno para otro de los experimentos más atrevidos de la serie: las escenas que parecen parcialmente improvisadas. Como un cruce entre el realismo cinético de Thomas Vinterberg en Celebración y la estética de la poesía cotidiana de Carlos Reygadas, las imágenes de Matteo Cocco (rodadas en celuloide) capturan tanto la monotonía como la conmovedora belleza de la campiña italiana, una tierra de nadie donde todos los que nos encontramos parecen estar en un limbo, soportando lo que el asesino en serie describe como “esta enfermedad llamada vida”. Al igual que el protagonista de Crimen y castigo de Dostoyevski, Enzo se enfrenta a la cuestión de si el asesinato puede estar justificado en ciertas ocasiones, perdiendo gran parte de su cordura en el proceso.  

A pesar de sus momentos menos convincentes, la serie consigue atraernos hacia sus profundidades, su misterio bien estructurado y el enigma que rodea a Enzo, incitándonos a seguir mirando, aunque sea cubriéndonos la cara. Con todo, el elemento más seductor de la serie es su atmósfera, ese tono depresivo que se cuela en la mente como una enfermedad. Este audaz experimento de 279 minutos de duración de los hermanos D'Innocenzo no es del todo exitoso, pero merece la pena. 

Dostoyevsky es una producción de la italiana Sky Studios. NBCUniversal se encarga de las ventas internacionales. La serie se estrenará en los cines italianos en dos partes a finales de este año de la mano de Vision Distribution, antes de emitirse en Sky.

(Traducción del inglés)

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Filippo Timi, Gabriel Montesi, Carlotta Gamba, Damiano Fabio D'Innocenzo
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