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CPH:DOX 2024

Crítica: Balomania

por 

- Sissel Morell Dargis pasó años compartiendo la pasión de los constructores de globos brasileños para realizar este documental explosivo e íntimo, a medio camino entre la utopía y la cruda realidad

Crítica: Balomania

La cineasta danesaespañola Sissel Morell Dargis se mudó a Brasil cuando tenía 19 años. Siendo una adolescente que pintaba graffitis, hacía arte callejero y trabajaba como fotógrafa independiente, ayudó a fundar un proyecto comunitario en Rocinha en torno al intercambio cultural dentro y fuera de las favelas. El hecho de instalarse en la comunidad local de grafiteros la llevó finalmente a descubrir un mundo artístico clandestino: el de los constructores de globos brasileños. Los llamados “baloeiros” operan en secreto, diseñando globos aerostáticos de enorme tamaño, todos fabricados con papel de seda de colores, para luego disfrutar de su vuelo. Balomania, el largometraje documental de Dargis sobre el tema, ha tenido su estreno mundial este año como parte de la competición DOX:AWARD en el CPH:DOX

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Dargis ha dirigido cortometrajes tras su paso por la escuela de cine cubana (EICTV), pero Balomania es su primer proyecto de largometraje documental, en el que estuvo años trabajando. Al principio, los baloeiros se muestran bastante reticentes, tan inseguros como los espectadores de lo que esta joven danesa y su cámara podrían querer de una comunidad secreta de hombres cuya pasión es considerada ilegal por el Estado. Con una confianza cada vez mayor (y francamente asombrosa), Dargis nos invita a un viaje que la mayoría de nosotros jamás habría imaginado, revelando espacios de pura alegría, brillante creatividad y utópica devoción al arte por el arte, todo ello en los llamados “bajos fondos”.

Sin embargo, Balomania es algo más que una película sobre la “mafia de los globos” de Brasil; es una muestra de fraternidad, con la libertad de buscar lo bello y lo absurdo en el mismo sitio. Todos estos hombres están tatuados, son corpulentos y rudos, pero comparten un amor incondicional por el proceso de pegar trozos de seda o papel durante años, para producir figuras, formas y caras (como la de Rocky o 2Pac) en globos aerostáticos que pueden ser tan altos como un bloque de apartamentos. Hay competiciones y bandas rivales, pero el objetivo es hacer el globo más grande y más bonito para luego soltarlo, verlo iluminar el cielo y seguir su trayectoria. Todo ello constituye un espectáculo y una auténtica rareza, ya que su fabricación está penalizada, lo que hace que el documental sea aún más valioso por registrar el proceso de creación y lanzamiento de estos globos, además de captar la expectación entre ambas etapas.

Años de camaradería, de ganarse la confianza de sus protagonistas e innumerables horas de rodaje han dado lugar a esta joya de película, demostrando que todo ha merecido la pena: Balomania es a la vez emocionante (con persecuciones en coche y reuniones clandestinas) e increíblemente tierna al transmitir el afecto de los hombres por una gran afición que solo les cuesta dinero y no les aporta ningún beneficio. La mayoría de ellos tienen problemas con sus seres queridos debido a su dedicación, y la franqueza con la que profesan su amor por la construcción de globos resulta de todo menos ingenua. Mientras la policía los persigue y la severidad de la ley aumenta año tras año, los baloeiros emergen como uno de los últimos bastiones de libertad y devoción a la belleza a gran escala, un último reducto de utopía y un vacío en el mundo capitalista.

Balomania es una producción de House of Real (Dinamarca), coproducida por Polar Star Films (España).

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(Traducción del inglés)

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