24/09/2007 - Seis personajes en búsqueda de su identidad a través de la recuperación de los lazos familiares y la separación de su tierra natal en un viaje del alma entre Alemania y Turquía

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El "nuevísimo" cine alemán (definido así en homenaje a la gran era del "nuevo cine" de los años sesenta y setenta) demuestra estar más vivo y ser más prometedor que nunca, si bien, el director de origen turco de 34 años decide con valor abandonar el camino ya recorrido para afrontar nuevos senderos tanto estéticos como narrativos. Segunda parte de una trilogía llamada "Liebe, Tod und Teufel" ("Amor, Muerte y Diablo"), The Edge of Heaven, con Rainer Klausmann como director de fotografía, sustituye los convulsivos ritmos del montaje, que constituyen casi una marca de fábrica de sus obras, un estilo suave, formado por largas escenas y cuya sobriedad rinde tributo a Michelangelo Antonioni. La primera parte, representada por Contra la pared, se caracteriza por una estructura no progresiva y lineal, partida en tres: las dos primeras partes son un reflejo exacto, mientras que la tercera es una clase de síntesis donde los fragmentos del mosaico encuentran su posición. La película es, como siempre, una reflexión sobre las relaciones entre Alemania y Turquía, dos países en los que los protagonistas se sienten, de vez en cuando, "al otro lado" (como reza el título original de la cinta), eoncontrándose con una realidad extraña dividida entre momentos hostiles y agradables. Al mismo tiempo, se desarrollan otros temas del cine de Akin, como el conflicto generacional y la condición de la mujer en la cultura y la sociedad turca.

Marcada por las muertes absurdas y violentas de dos mujeres (una turca y otra alemana, ambas en tierra extranjera), la película se articula en torno a la relación entre padres e hijos y madres e hijas, todos en búsqueda de una reconciliación tras una obligada y traumática ruptura, sin carecer de referencias a la actualidad política, como el caso de la cuestión kurda, los riesgos del integrismo religioso y los derechos civiles en Turquía. La trama es enredada y, a pesar de los elogios hacia el guión, no han faltado las críticas de una pequeña parte de la prensa de lengua inglesa por la acumulación de sucesos; no obstante, Akin reivindica con orgullo no haber cedido a ningún consentimiento, contando exactamente los temas que tenía en mente. La tercera y última parte de la trilogía tratará el tema del "diablo", que para el director representa "la antítesis del amor, o más bien, de la envidia, la avidez, la ignorancia". No renuncia a la vuelta a un ambiente más proletario y donde reinen los gangsters, como en su ópera prima, Corto y con filo (1998). Estará precedida del documental que ya ha comenzado a rodar y que portará el título de Der Müll im Garten Eden (lit. "Basura en los jardines del Edén"), dedicado "a la lucha de un pequeño pueblo contra el régimen turco" y que desea poder presentar en Cannes 2009.