Se lo digo a Nicolas, Olive, Alain, a quienes conozco desde 1966. Somos todos ex-izquierdistas, con la misma formación y trayectoria. Coyotte y Baptiste se unen más tarde a nosotros y una vez reunida toda la pandilla empezamos a rodar. Y así, entre localizaciones y discusiones lo filmamos todo o casi todo. Hasta que llega el momento en que decidimos pasar a la acción y atacar a esa agencia de tráfico de seres humanos. Pero el objetivo no es fácil, es casi como si fuera un banco pero defendido por gángsters, sin olvidar la presencia de la policía. Pero que nadie se asuste, eso pasó hace ya mucho tiempo, cuando todavía no se pagaba en euros. Ahora el tiempo para todo el equipo ya ha prescrito. Y además, cualquier parecido con la realidad no sería sino mera coincidencia.