Clotilde y Aude son amigas desde siempre. En la víspera de su 18 cumpleaños, pronto pasarán la selectividad y se imaginan su futuro. O mejor dicho, Clotilde se proyecta en el futuro por ambas. De naturaleza cerebral, introvertida y un poco terca, Clotilde se ahoga en su instituto de provincias y sueña con irse a París. Cree saber no solo lo que ella quiere sino también lo que quiere Aude. Por su parte, Aude vive el momento. Tan radiante como su larga cabellera pelirroja, Aude nada como pez en el agua en su pequeña ciudad. Con una sexualidad que algunos tachan de desenfrenada, la chica se deja sorprender por Sébastien, cuyos planes con ella van mucho más allá de una historia de una noche. Pero él no cuenta con los planes de Clotilde, que, tras percibir una herencia familiar, decide que las dos se mudarán a la capital para seguir una vía académica perfectamente planificada: una en filosofía y la otra en Bellas Artes. Aude se deja convencer movida por la amistad que la une a Clotilde y la fe que ésta ha depositado en ella. Pero las ambiciones de estas dos Rastignac con faldas se irán apagando ante la dificultad del ámbito académico, el juicio implacable de los otros y la deriva de los sentimientos. En un momento en el que la sociedad les exige decidir lo que quieren llegar a ser, ellas todavía tienen que averiguar lo que son. Y para encontrarse bien, no hay nada como perderse.