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MÁLAGA 2014

La vida inesperada: la extraña pareja

por 

- Jorge Torregrossa vuelve con una nostálgica comedia rodada en Nueva York, con guión de Elvira Lindo y protagonizada por Raúl Arévalo y Javier Cámara

La vida inesperada: la extraña pareja

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, la ópera prima de Jorge Torregrossa, se sorprenderán con su segundo trabajo cinematográfico si acuden al cine buscando otro film de suspense: el giro –y por lo tanto el riesgo- que asume el levantino resulta radical. La vida inesperada [+lee también:
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es, como su título, una sorprendente desviación de lo que parecía la línea narrativa iniciada por Torregrossa tanto en sus cortometrajes, cargados de atmósfera y ambigüedad, como en los trabajos televisivos y en su mencionado debut en el largo.

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Ahora el director nos traslada a una ciudad en la que vivió durante ocho años y, conducido por un argumento firmado por la escritora, guionista, columnista y eventual actriz Elvira Lindo (quien también conoce al dedillo aquel escenario, pues vive allí la mitad del año) nos ofrece una comedia a medio camino entre lo sentimental y lo amargo.

Para ello nos presenta a dos personajes contrapuestos: Juan, un actor que –como tantos- sobrevive haciendo de todo (Javier Cámara, reciente premio Goya), y su primo (Raúl Arévalo), un chico que deja en España un trabajo y una boda a la vista con la idea de pasar un mes en Nueva York. Pero mientras éste admira a “Juanito”, el artista nunca ha soportado la perfección, éxito y orden de su pariente, un triunfador según los valores burgueses. Dos personajes enfrentados desde los primeros fotogramas –al más puro estilo de la comedia americana- que tendrán que aprender mucho uno del otro según avanzan las secuencias de una película que se abre con unos luminosos títulos de crédito y una alegre música que enlazan con los lujosos musicales de Broadway.

Pero la hora y media que sigue muestra la otra cara de la ciudad de Woody Allen: veremos un modesto teatro para latinos, ratas y suciedad, y también cómo los sueños de tanta gente, que acude allí buscando la gloria, se quedan a medio camino. Pero Torregrossa, gracias a una cuidada producción, fotografía y puesta en escena, no incide en la sordidez, sino que suaviza los conflictos de los personajes con un tono entre nostálgico y positivo. Aunque las corrientes subterráneas del paso del tiempo, de las oportunidades perdidas y del desarraigo crónico son lo suficientemente turbulentas como para dejar un poso agridulce en el espectador. 

Coproducción entre España y EEUU, La vida inesperada hace un retrato amable de aquellos que emigraron en pos de sus ilusiones más poderosas. El choque de culturas contrasta con el atractivo de lo exótico para los locales, el vivir en el centro del mundo se enfrenta a la tristeza por la distancia de la tierra natal y la llegada de la madurez dinamita la inconsciencia, la energía y el empuje de la juventud capaz de enfrentarse a todo sin miedo. Lindo y Torregrossa han tenido todo ello en cuenta mientras dejan fluir su pasión por una ciudad implacable, escenario de tantas películas míticas en las que, cuando uno llega, se siente dentro de un escenario: como un actor que se monta su propia película… pero muchas veces ésta no tiene el final que habíamos imaginado.

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