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BERLINALE 2014 Competición

Beloved Sisters: ensayo de “grafología”

por 

- A partir de una doble declaración de amor epistolar redactada por Friedrich Schiller, Dominik Graf imagina el insólito triángulo que formaron el escritor y las dos hermanas a las que iba dirigida la misiva

Beloved Sisters: ensayo de “grafología”

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, que compite por el Oso de Oro en la Berlinale, el director de cine y televisión muniqués Dominik Graf (participante en el reciente tríptico Dreileben) se toma 170 minutos de película para narrar, bajo la forma de una ficción biográfica y a partir de una carta redactada por el escritor alemán Friedrich Schiller (encarnado aquí por Florian Stetter), el triángulo amoroso que habría formado a partir de 1788 con Charlotte von Lengefeld (que, a la postre, se convirtió en su esposa) y su hermana Caroline, interpretadas respectivamente por Henriette Confurius y la antigua Shooting Star Hannah Herzsprung

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Mientras que en Francia tiene lugar una revolución, el espectador accede al universo bucólico de una nobleza cada vez más desprovista de dinero, una nobleza que da tanta importancia a los matrimonios de conveniencia como al apoyo de los artistas y, entre estos dos polos, va viendo cómo sus costumbres poco a poco evolucionan hacia un cierto liberalismo romántico. El "lugar" de las mujeres en particular se modernizará: nada más salida de su relación fogosa y adúltera con Charlotte von Kalb, el joven Schiller, autor de prestigio tras la obra de teatro Los bandidos, va a entrar en el mundo femenino de las hermanas Von Lengefeld y su madre: una viuda decididamente protocolaria (no habla a sus hijas más que en francés y se ocupa de las cuentas de la casa) pero no por ello ajena a la ley de los sentimientos. Las tres mujeres, muy cercanas y afectuosas las unas con respecto de las otras, acuerdan incluso firmar un pacto, que se va adaptando a medida que Caroline (a la que llaman Line), casada con un hombre que aborrece por su dinero (y para que Charlotte, apodada Lolo, no tuviera que pasar por el mismo calvario), sortea su sacrificio para disfrutar también de amor de Schiller.  

Aunque Line y Lolo parecen durante dos tercios de la película sentirse completamente cómodas con este amor en un principio perfectamente triangular (Schiller halla incluso la manera de escribir a las dos a la vez, con una pluma en cada mano), que da lugar a una escena de parto sorprendente en la que una hermana descansa sobre el vientre de la otra mientras ésta trae su hijo al mundo, la alternancia que termina exigiendo, bien acentuada por el movimiento pendular de correspondencias a lo largo de todo el relato, termina provocando rencores y decepciones. Ya de por sí el amor ideal que nace ante nuestros ojos se presenta ante todo como un horizonte que alcanzar: una realidad que jamás adquirirá forma del todo a menos que no sea a posteriori ("Cuando estemos en Weimar...", repiten con anhelo los personajes); es decir, una ficción que alimenta la pluma.

Aunque en sus casi tres horas de metraje, Beloved Sisters no reinventa especialmente el género de la biografía novelada y de época, contiene elementos de interés; sobre todo, el lugar que se concede al texto: más allá del origen epistolar que da forma en gran medida a la narración (son habituales las lecturas, en directo o mediante una voz en off, así como el intercambio de cartas entre los personajes y la recurrente imagen de la pluma rasgando con gracia el papel), también hay un buen número de mensajes subrepticios sobre los avances de la imprenta, que hacen a Schiller soñar con un futuro en el que todo el mundo tendrá acceso a los libros, o sobre la popularidad de las novelas por episodios. Esta última forma es, tal vez, la que quiso retomar Graf a la hora de hacer esta película.

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(Traducción del francés)

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