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CANNES 2017 Competición

Jupiter’s Moon: el joven príncipe

por 

- CANNES 2017: Kornél Mundruczó firma la atrevida cinta que mezcla fantasía cristiana con temas de inmigración y una sociedad al borde del Estado policial

Jupiter’s Moon: el joven príncipe
Zsombor Jéger en Jupiter's Moon

El director húngaro Kornél Mundruczó, atormentado por las cuestiones morales unidas al enfrentamiento con los extranjeros y a la corrupción del espíritu, vuelve por tercera vez a la competición de Cannes con Jupiter’s Moon [+lee también:
tráiler
entrevista: Kornél Mundruczó
ficha de la película
]
, un proyecto muy audaz (con guion de Kata Wéber) y poco visto en el cine europeo, que se mete de lleno y con gran velocidad en territorio fantástico, más concretamente, milagroso. Su personaje principal, el sirio Aryan (Zsombor Jéger), después de una primera escena impresionante en la que es interceptado por la policía por intentar cruzar la frontera, es abatido por tres disparos, y en lugar de morir, descubre que tiene el poder de levitar. Un comienzo que coloca a la película en la categoría muy particular de obras de autor atravesadas por ese ímpetu que parece reservado a los grandes éxitos de taquilla, algo que se muestra claramente al dar Mundruczó a su parábola un ritmo trepidante intercalado con persecuciones y un pesado ambiente de amenazas policiales en un estado de emergencia.

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Pero el director húngaro no se contenta con hacer alarde de su maestría técnica, ya que la historia trata de Gabor Stern (el georgiano Merab Ninidze), un doctor corrompido que ha sido suspendido de su trabajo en el hospital después de un fatal accidente durante una operación. Es condenado a pagar una gran suma de dinero por los daños causados, y para pagar sus deudas, empezará a operar a los inmigrantes de los campos de refugiados por dinero en efectivo. Después de descubrir el don de Aryan, y dejar su asombro de lado, este hombre, que carece totalmente de fe, decide utilizar este milagro de forma lucrativa, arranca al joven de las garras de la policía y se asocia con él para aprovecharse de los enfermos terminales que buscan la esperanza divina. Pero las fuerzas del orden, encarnadas por el obstinado László (György Cserhalmi), el mismo que dispara a Aryan al principio de la película y sabe que está pasando algo sobrenatural, se ponen manos a la obra. De levitación en levitación  y de milagro en milagro, Gabor evoluciona  y se conciencia de la dimensión “cristiana” de este “joven príncipe” que lo acompaña para buscar a su padre que desapareció al cruzar la frontera.

Kornél Mundruczó elige tratar este simbolismo con gran conocimiento de causa, se enfrenta a él con sus grandes dotes de cineasta y con varias tomas excelentes que destacan por su magnífica puesta en escena. Además los efectos especiales de la levitación son impresionantes. Sin embargo, el gran peso de la trama termina por arrastrar a la película  y la sumerge en un bucle un poco repetitivo de variaciones del argumento. La ambición aplastante del tema (los inmigrantes, la inocencia, el mal, la redención, etc.), que tiene lugar en un ambiente nocivo nos recuerda ligeramente a El elemento del crimen de Lars von Trier, e imposibilita que Mundruczó logre su objetivo, a pesar de la indiscutible excelencia visual de la cinta. Pero esto no impedirá que el filme tenga mucho éxito en el mercado internacional ni que el director viaje a otros países para exportar sus dones.

Jupiter’s Moon está producida por Proton Cinema y coproducida por los alemanes The Match Factory que se encargan también de las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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