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BERLINALE 2016 Forum

Nunca estamos solos: alienación e interdependencia

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- BERLÍN 2016: La cinta de Petr Václav, proyectada en el Forum, pinta la desolación de una sociedad infeliz y alienada

Nunca estamos solos: alienación e interdependencia

El guionista y director Petr Václav vuelve al tema de una sociedad alienada en su cuarto largometraje, Nunca estamos solos [+lee también:
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, que se ha estrenado mundialmente en el Forum de la Berlinale. Las vidas de varios personajes muy diferentes se entrelazan para mostrar que el título de la película ("Nunca estamos solos") puede ser interpretado tanto directa como irónicamente.

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Una dependienta de una tienda de alimentación (Lenka Vlasáková, trabajó con Václav en la cinta de 2001 Parallel Worlds), que también es, posiblemente, su propietaria —o quizás la tienda pertenece a su padre—, vive con su marido hipocondríaco (Karel Roden, probablemente el actor checo más conocido internacionalmente) y sus dos hijos. Un gitano, mánager de un club de striptease/burdel (Zdenek Godla), compra cigarrillos a menudo en la tienda, y, al comienzo del film, aparece allí con una de sus empleadas (Klaudia Dudová, que se granjeó cierta notoriedad con la anterior película de Václav, The Way Out [+lee también:
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), que tiene un niño pequeño y un novio en prisión. En la otra acera de la calle vive un guardia de prisión paranoico (Miroslav Hanuš, visto recientemente en Three Brothers [+lee también:
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), que siempre cierra con llave todas las puertas, por lo que su mujer y su hijo tienen que llamar cada vez que quieren entrar en un cuarto.

Todos viven en un pequeño pueblo en la provincia, en el que la prisión y el burdel son las únicas "atracciones", y sus vidas se entrelazan inevitablemente. El hipocondríaco y el guardia de prisión se hacen amigos, y la vendedora se enamora del mánager del burdel, que está loco por su empleada, quien, a su vez, está loca por su novio encarcelado, y constantemente borracha. No hace falta decir que todos son infelices y buscan una salida.

Václav presenta a estos desafortunados individuos y la parte de la sociedad que habitan como una señal de los tiempos. Cambiando de blanco y negro a color y de vuelta (con ayuda de su director de fotografía habitual, Stepán Kucera, y el montador Florent Mangeot, con quien trabajó en The Way Out), el guionista y director pone diatribas de derechas en boca del guardia de prisión; en la televisión, un informativo se pregunta si el proyecto de una autopista, que iría del Báltico, a través de los Alpes y hasta Portugal, uniría o dividiría a los europeos.

La atmósfera del film no es siempre tan pesada como podría parecer al oír la sinopsis, pero el humor es bastante oscuro. Es una película dinámica y atrapante, y mientras el título connota que las personas siempre están conectadas y dependen las unas de las otras, es difícil sacudirse la impresión de que cada uno de los personajes está encerrado en una jaula —hecha de sus propios problemas psicológicos—, incapaces de ayudarse a sí mismos, sin deseos de ayudar a los demás.

Nunca estamos solos es una coproducción de la checa Mimesis Film y la francesa Cinéma Defacto; WIDE Management gestiona los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés)

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