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CANNES 2015 Un Certain Regard

Je suis un soldat: Louise Bourgoin lleva una vida de perros

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- CANNES 2015: La película de Laurent Larivière incide en la aspereza de la lucha de una joven por escapar de la precariedad social en el mundo del tráfico de animales domésticos

Je suis un soldat: Louise Bourgoin lleva una vida de perros
Louise Bourgoin en Je suis un soldat

Como da a entender su título, Je suis un soldat [+lee también:
tráiler
entrevista: Laurent Larivière
ficha de la película
]
(soy un soldado) relata un duro combate: el de Sandrine (Louise Bourgoin), una joven que, a pesar de sus esfuerzos, se ve atrapada en la espiral del desempleo y se ve obligada, a sus 30 años de edad, a volver a vivir a casa de sus padres, con el peso de todas su vida sobre sus hombros y reunidos en apenas unas maletas. Así comienza el primer largometraje del francés Laurent Larivière, candidato a la Cámara de Oro y presentado en la sección Un Certain Regard del 68º festival de Cannes.

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Desde la primera escena, en la que Sandrine debe firmar el documento que certifica el estado de la vivienda nada más abandonarla por no poder afrontar los pagos, medimos su vergüenza y el sentimiento que ella tiene de no tener un lugar en el mundo en el que sacar adelante su vida, lo que equivale a tener un piso, formar una familia, quizá también un perro… Aunque no es la única a la que le cuesta mucho trabajo sobrevivir (su hermana y su cuñado también viven en casa de la madre, a la espera de terminar su casa, que, por el momento, no es más que un montón de perpiaños), Sandrine tratará en un primer momento de esconder su desarraigo a la familia, escondiendo sus cosas en una hornacina y aceptando sin quejarse dormir en el sofá. Con la misma falta total de reticencias, acepta trabajar para su tío Henri (Jean-Hughes Anglade), que posee una perrera pero se mantiene a flote gracias a una actividad paralela de lo más sórdida: el comercio clandestino de cachorros, un universo cruel al que Sandrine se adapta sin protestar, asumiendo tanto el secreto como los peligros y el olor.

La entrada de Sandrine en este mundo oculto de una oscuridad terrible (el tráfico de animales domésticos transcurre en su mayor parte durante la noche y en hangares infames), caracterizado por una total ausencia de sentimientos (los cachorros se venden al kilo y son sacrificados sin ningún tipo de miramientos tras 14 semanas porque ya no hay quien los venda), tiene una dimensión autopunitiva que entronca con la posición en la que vive, lo cual explica que no acepte la ayuda que el amable Pierre (Laurent Capelluto) le propone. Sin embargo, la violencia de esta actividad, acentuada por las relaciones que Sandrine mantiene con su tío, llevarán a nuestra heroína-soldado primero al atrincheramiento y, posteriormente, a que mida los límites y los afirme, en el dolor.

Este camino lamentable y solitario hacia cierta catarsis no carece, a pesar de todo, de luz y alegría. El título mismo, aunque parece duro, hace referencia a un momento muy hermoso, central en la película. En efecto, toma prestada una canción de Johnny Hallyday, que aquí interpreta en playback una pequeña vestida de rockera durante la fiesta de cumpleaños, calurosa y conmovedora, que la familia organiza para la madre, encarnada con mucha gentileza por Anne Benoît. Estos momentos sencillos en familia, al igual que la risa loca que le viene a Sandrine en plena entrevista de trabajo, enseñan que, a pesar de todo, esta joven endurecida por su desgracia ordinaria no se ha "olvidado de vivir", como dice el cantautor.

A su manera de aportar diferentes motivos, con finura, sin pesadez, y de presentar la psicología de la protagonista y la complejidad de sus relaciones con su entorno, Je suis un soldat es, sin duda, una ópera prima muy inteligente que da cuenta de la destreza de un Laurent Larivière al que, de ahora en adelante, habremos de seguir muy de cerca. La película es una producción de la francesa Mon Voisin Productions en coproducción con la belga Saga Film y el apoyo de Canal+, Ciné+, TV5Monde y el CNC. De su distribución en Francia y sus ventas internacionales se ocupa Le Pacte

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(Traducción del francés)

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