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TORONTO 2017 Platform

Mademoiselle Paradis: nunca te fíes de lo que ves

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- TORONTO 2017: La austriaca Barbara Albert aborda el papel y la libertad de las mujeres en la sociedad contemporánea a través de un drama histórico ambientado en el siglo XVIII

Mademoiselle Paradis: nunca te fíes de lo que ves
Maria-Victoria Dragus en Mademoiselle Paradis

Barbara Albert es una de las figuras más populares del cine austriaco. Su trabajo es multidisciplinar, pues hasta ahora se ha dedicado a la dirección, la escritura, la producción y la interpretación. Como cineasta, firmó su tarjeta de presentación en 1999 con Nordrand, premiada en Venecia Venice. Sus siguientes películas, Free Radicals (2003), Falling [+lee también:
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(2006) y The Dead and the Living [+lee también:
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(2012), la llevaron a competir a multitud de festivales. Mademoiselle Paradis [+lee también:
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es el quinto largometraje de Albert y participa estos días en la sección Platform del 42º festival internacional de Toronto.

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Con apenas 18 de edad, la aristócrata Maria Theresia (“Resi”) Paradis (Maria-Victoria Dragus) es todo un prodigio. Perdió la vista cuando era niña pero tiene un talento increíble al piano, es amiga de Mozart’s y bastante conocida entre la sociedad vienesa del siglo XVIII. En su aspiración de recuperar la visión, sus padres van a ver a Franz Anton Mesmer (Devid Striesow), un conocido doctor “milagro” con un método bastante controvertido. Con el tratamiento radical de Mesmer, Resi empieza a recuperar algo la visión, a la vez que su virtuosismo al piano empieza a decaer y, con él, su fama. Resi tendrá que hacer frente a un dilema entre el corazón y su salud.

Mademoiselle Paradis es un drama histórico elegantemente figurado por la fotografía de Christine A Maier y ambientado en la era de los Habsburgo, tan vibrante en lo cultural. Albert se inspiró en la historia real de Paradis, cuyo trabajo sólo sobrevivió parcialmente. La cinta es una adaptación de la exitosa novela Mesmerized, de Alissa Walser, y el guion fue obra de Kathrin Resetarits. Se trata de la primera película que Albert a partir de un guion que no es suyo.

Aunque la historia está ambientada en 1777, los temas de que trata son todavía contemporáneos. Resi, encarnada asombrosamente por la prometedora estrella Dragus, es toda una pionera de su generación, en una sociedad artística abierta pero aún excesivamente austera. Solo se le acepta por la combinación entre su talento y su minusvalía. Cuando empieza a perder una de sus facetas, deberá enfrentarse a la realidad y comprobar cómo la así llamada “sociedad culta” trata a quien se atreve a ser distinto, especialmente cuando se trata de una mujer que pide que se respeten sus propios méritos y su libertad. Para liberarse de las imposiciones sociales, tendrá que perder algo. Así es como emerge la cuestión moral de hasta dónde está dispuesta a ir Resi para ser aceptada.

El doctor Mesmer podría parecer el único que se preocupa realmente por la salud de Paradis pero sigue tratándola como si fuera una atracción más de la burguesía. Él la convence para sacrificar las imágenes conjuradas por su música, raíz de su virtuosismo, en favor de una realidad sustitutiva que no haga sino darle a él la razón. La cinta se construye sobre el conflicto antitético entre pares: entre la pura y dura realidad y la iluminada fantasía, entre la liberación del arte y la restricción de la ciencia, entre el racionalismo cínico y el romanticismo rococó. Mademoiselle Paradis no es una película sobre el pasado porque, al igual que Resi, hay aún hoy muchas mujeres obligadas a elegir entre una oscuridad deprimente pero segura y una luz terriblemente reveladora pero aterradora.

Mademoiselle Paradis es una coproducción entre Austria y Alemania a cargo de Michael Kitzberger (NGF Nikolaus Geyrhalter Filmproduktion) y Martina Haubrich (Looks Film). La parisina Playtime gestiona sus ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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