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Florian Gallenberger • Director

Una tendencia por las condiciones extremas

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"Por supuesto que yo no lo busco", insiste Florian Gallenberger refiriéndose al ya casi famoso estrés al que se somete en sus rodajes. El director grabó el corto sobre dos niños de la calle que le valió un Oscar, Quiero ser, en las calles de Ciudad de México, su primer largometraje, Sombras del tiempo [+lee también:
entrevista: Florian Gallenberger
ficha de la película
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, en los barrios más pobres de la India y John Rabe en China, de hecho ésta es la primera película alemana de la historia que se rueda en el país asiático. La realización de las tres películas fue "demencial, toda una locura", admite el director. A cada momento, pensaba que no podía pasar nada peor.

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Un escenario exótico diferente para cada película y rodar una aventura en sí misma: otros habrían abandonado ante esas circunstancias. Pero aunque diga lo contrario, Gallenberger parece necesitar esas experiencias. Y ¿no son todas esas películas, al igual que sus rodajes, sobre la solidaridad en condiciones extremas? "Simplemente me encanta la aventura. Cada película me ha mostrado una parte de este mundo de una forma que ningún turista podría experimentar. Las dificultades del rodaje fueron el precio que tuve que pagar". Gallenberger es el aventurero, el lado exótico del cine alemán.

Esta actitud hacia el cine le viene desde lejos. Su primera experiencia con las cámaras fue a la tierna edad de cuatro años, cuando le descubrieron para hacer un anuncio de lavadoras. A partir de ahí, le inscribieron en una agencia y actuó regularmente en series como Derrick, Der Alte o Polizeiinspektion 1. Entonces, le cambió la voz y terminó su temprana carrera. Pero incluso en aquellos momentos, al joven actor le interesaban más las experiencias fuertes que las películas en sí, por ejemplo, volar en helicóptero o en globo. Rodar siempre ha sido para él una experiencia al límite, una experiencia para ampliar sus horizontes.

Gallenberger dejó sus estudios de Filosofía, Psicología y Ruso al cabo de tan solo un año (quería aprender ruso para entender mejor las películas de Tarkovski), y entró en la Universidad de Munich de Televisión y Cine con 19 años. Allí, hizo su primer corto "de verdad" Mysterium einer Notdurftanstalt (que recibió inmediatamente invitaciones de 20 festivales), el documental Die Gebrueder Skladanowsky en colaboración con Wim Wenders, y finalmente su trabajo de fin de carrera Quiero ser.

Puede haber algo más que le lleve fuera de las fronteras alemanas: su gusto por los grandes sentimientos. Al principio, las cadenas se negaron en rotundo a apoyar Quiero ser, alegando que era "muy kitsch" y que "nadie querría ver" algo así. El título de kitsh también recayó sobre Sombras del tiempo, quizás por ser una adelantada a su tiempo y llegar antes del éxito de Bollywood. "Me da mucha rabia que el melodrama se considere un género tan inferior en Alemania". A Gallenberger le encanta lo melodramático, le gusta emocionarse en el cine y está dispuesto a admitirlo. Quizás sea esa también una razón, si bien inconsciente, por la que rueda sus películas "en otros lugares" y se deja influenciar por las tradiciones narrativas extranjeras.

Puede parecer incluso herético, pero ¿podría imaginarse rodando una historia íntima y tranquila en una cocina de Berlín? Gallenberger no puede evitar reírse ante mi pregunta. Está preparando dos proyectos en estos momentos, pero uno se desarrolla en Mongolia y el otro (Narziss und Goldmund) en la Edad Media. Por lo que parece que seguirá en busca de la aventura.

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