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Miguel Gomes • Director

El “paraíso” y el “paraíso perdido”

- El portugués presentó en 2012 su tercer largometraje, Tabu, a concurso en la Sección Oficial de la Berlinale. A continuación, presentamos varios extractos de la rueda de prensa celebrada en el certamen alemán.

Tras la buena acogida que tuvo en Cannes con su anterior trabajo, Aquel querido mes de agosto [+lee también:
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(2008), el portugués Miguel Gomes presentó en 2012 su tercer largometraje, Tabu [+lee también:
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, a concurso en la Sección Oficial de la Berlinale. A continuación, presentamos varios extractos de la rueda de prensa celebrada en el certamen alemán.

¿Qué influencia han tenido en tu obra el cine mudo alemán y en especial Murnau?
Miguel Gomes: No me gusta hacer alusiones a otras películas en mi cine. Sin embargo, a veces están en mi subconsciente. Vi un ciclo de películas de Murnau en la televisión pública portuguesa cuando era joven, lo cual sería inconcebible hoy día. Pero mi intención no era hacer alusiones al cine de Murnau, sino contar una historia. No quiero excluir a la gente que no capta todas las referencias. Creo que Murnau era un excelente director. Si tienes corazón, es imposible no conmoverse con sus películas.

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En Tabu juegas con elementos exóticos de los años 30. Se aprecia una idealización del exotismo, pero por otro lado se critica el colonialismo. ¿Por qué este contraste?
El colonialismo y el exotismo pueden coexistir. No creo que haya que poner ejemplos o intentar demostrar que el colonialismo es malo. No hace falta emplear teorías. Mientras trabajaba en la película, conocí a unas personas que tenían una banda en Mozambique. Me dijeron que tenían un vínculo muy fuerte con su tierra. Desde el punto de vista político teníamos muchas diferencias, pero su descripción sobre lo que han tenido que soportar provocó en mí una reacción emotiva muy fuerte. Y esa reacción es algo que puedes sentir independientemente de dónde seas o qué sistema político has conocido. Además, creo que hay cosas especialmente relacionadas con la juventud. Y esa es una de las explicaciones de la estructura de la película. Es sobre la vejez, pero también sobre la juventud. Es sobre la soledad como contrario del amor... Como en gran parte del cine mudo, y Murnau no es una excepción, en mi película se establece un contraste neto, una dicotomía, entre el "paraíso" y el "paraíso perdido". Es algo que quería hacer. En la segunda parte, hay una historia de amor y una historia de su tiempo. De una manera implícita, puedes criticar la sociedad de aquel tiempo y el régimen colonial. El embarazo es el símbolo de una bomba demográfica a punto de explotar. Hay cosas que están a punto de suceder, que pasan por distintas fases hasta llegar a su conclusión natural. Se puede decir lo mismo del colonialismo. Y de la historia de amor entre dos personas, condenada al fracaso...

¿Cómo trabajaste con los actores?
Trabajamos con los actores de una manera distinta en la primera y en la segunda parte. En la primera teníamos un guión y ensayamos durante meses. En la segunda hicimos algo que me parecía muy divertido: tirar el guión a la basura. Tengo que agradecer a los actores de la segunda parte porque fue una tarea muy desagradecida. Tenían una idea general de la historia. Sabían de la historia de amor y que era una especie de cocodrilo romántico. Conocían el final de la historia, pero no sabían exactamente qué tenían que hacer. Fue necesaria mucha confianza, generosidad y dedicación por su parte. En ocasiones se les pidió que hiciesen cosas que les podían parecer un poco absurdas.

Esta película tiene muchas historias: colonialismo, amor, religión... Si hubiese que elegir un tema principal, ¿cuál sería?
No me gustan los temas centrales... El inicio de la historia fue algo que me contó un familiar. Una señora anciana se estaba volviendo loca porque creía que su criada se estaba metiendo demasiado en su vida. No parece la trama de una novela, ni el tipo de historia sobre la que hacer una película. Es un historia de lo más común. Ese era precisamente el tono que quería que tuviese. Cuando la gente se pone demasiado racional y empieza a concentrarse en las ideas, dice “necesitamos una escena para mostrar esta idea”. Es una construcción racional que no me parece interesante. Creo que las películas son mucho más orgánicas en su estructura.

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