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Daniele Vicari • Directore

"¿Qué significa vivir en un país democrático?"

por 

- "Todo lo que está en la película ha ocurrido realmente", explica el director de Diaz: No limpiéis esta sangre.

La película sobre la violencia ejercitada por la policía italiana en 2001 durante la celebración del G8 en Génova será proyectada el 15 de mayo en la sede del Parlamento Europeo. Según u director, Daniele Vicari, la historia del brutal vapuleo ocurrido en la escuela Diaz y las subsiguientes torturas de la comisaría de Bolzaneto "está dirigida a todos los ciudadanos de Europa. Lo ocurrido a estos jóvenes, que han vuelto a sus países tras ser tratados como terroristas, se debe a la suspensión de los derechos civiles en una democracia, tal y como ha sido definida por Amnesty. El objetivo de la película es que el espectador se haga una pregunta radical y violenta, que no tiene que ver con la clase política italiana, europea o mundial, sino con cada uno de nosotros: ¿qué significa vivir en un país democrático? Cuando los derechos civiles pasan a un segundo plano ante las decisiones políticas, significa que nuestra democracia no es completa".

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¿Cómo os habéis documentado para preparar el guión de Diaz: No limpiéis esta sangre [+lee también:
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Daniele Vicari: En primer lugar, estudiamos los documentos judiciales. Ha sido una experiencia humana antes incluso que profesional. Muestran la historia de las víctimas de la escuela Diaz, que fueron llevadas posteriormente a la comisaría Bolzaneto, y aclaran lo ocurrido con estas personas, qué paso con ellas. Y nos permite entrar en un mundo que debíamos haber superado hace al menos 150 años. Cuando una persona es arrestada, se tiene que garantizar el respeto a su integridad física y moral. En cambio, en esta ocasión centenares de policías han despojado de cualquier forma de derechos a centenares de personas, sin ninguna acusación precisa y de una manera coordinada. Además, hemos leído artículos, libros e investigaciones, hemos visto vídeos y conocido a personas que había vivido aquellos eventos, víctimas y policías, para mirarles a los ojos y entender.

Sin embargo, en la película se echa en falta una contextualización política. No se señala la responsabilidad de los altos mandos.
No quería hacer una reconstrucción histórico-política de los hechos, sino investigar su significado. Lo más importante, cuando tratas un hecho real, es respetarlo y extraer su significado. Construir teorías no es la misión del cine. Siempre he sido crítico con la etiqueta "cine civil". No soy capaz de crear retratos históricos. Como espectador no me convencen y como director creo que ese tipo de narración no sea adecuada para el cine. Cuando te digo cómo se hizo el ataque y cómo fueron torturadas las personas, hablo sobre la ideología, la cultura y el contexto político que les ha dado lugar. Mi objetivo no era dar respuestas, sino buscar el sentido de los hechos. La manera en que fueron suspendidos los derechos de la gente, destruida física y mentalmente. Si nos hubiésemos atrevido a lanzar una teoría política, el interrogante sobre la democracia habría pasado a un segundo plano y para mí habría sido una derrota.

¿Cómo habéis utilizado las imágenes de archivo?
En un metraje de 120 minutos hemos utilizado apenas tres, pero nos hemos inspirado mucho al material grabado en aquellos días. Porque el G8 de Génova ha sido un evento excepcional también desde el punto de vista mediático. Centenares de personas han grabado todo, hasta dentro de la Diaz, de la que existe un vídeo embargado por la policía y jamás encontrado. Este material ha sido una base fundamental para reconstruir el ambiente. Hemos analizado, visto e imprimido centenares de fotogramas para captar el clima de aquellos días. La película tiene una gran influencia de esos vídeos. Es por esto que creo que hoy día la verdad es revolucionaria. Incluir imágenes de archivo es una película se ha convertido en un método narrativo. El público toma consciencia poco a poco de haber entrado en otra dimensión. Algunos directores tienen miedo a utilizar imágenes de archivo, ¡porque son mucho mejores! Los reportajes son imbatibles.

Naturalmente, no era posible contar todo y ha sido necesario imaginar lo que no había sido documentado.
El nivel de invención de algunas historias está unido a las reglas dramatúrgicas. Ha sido un trabajo de combinación, basado en relacionar todos los eventos que hemos podido documentar. Un proceso que incluye centenares de historias humanas En el momento en que se elige qué narrar hay que renunciar a una parte de ellas. Han pasado cosas que para mí son imposibles de contar desde el punto de vista narrativo. La historia de Alma, interpretada por Jennifer Ulrich, representa a centenares de personas como ella. Hemos decidido mostrar su punto de vista para explicar lo que sucedía a su alrededor.

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