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Daniel Calparsoro • Director

"Estamos llegando a niveles de bajeza moral absoluta"

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- Cien años de perdón es la novena película de Daniel Calparsoro, un thriller a modo de atraco a un banco –valenciano- interpretado por Luis Tosar, Raúl Arévalo y José Coronado

Daniel Calparsoro  • Director

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es la novena película de Daniel Calparsoro, un thriller a modo de atraco a un banco valenciano interpretado por Luis Tosar, Raúl Arévalo y José Coronado.

Cineuropa: ¿Habías trabajado previamente con el guionista de Cien años de perdón, Jorge Guerricaechevarría, habitual compañero de escritura de Álex de la Iglesia?
Daniel Calparsoro: No, hace años hablamos de hacerlo, pero esta vez por fin ha podido ser. Colaborar juntos surgió en el rodaje de Invasor [+lee también:
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, cuando la productora Vaca Films me propuso filmar una película de atracos. A esa propuesta se sumó Juan Gordon, de Morena Films, y Jorge: él y yo estuvimos cenando todos los meses, hablando y debatiendo sobre lo que podría ser o no. Tras un año de realizar estas reuniones, dimos con una idea y trabajamos sobre ella: luego él escribió el tratamiento y de ahí se pasó al guión. El proceso de parir la película duró dos años y el de escritura, ocho meses, y una vez que tuvimos el guión, en un año más ya estábamos rodando: cuatro años en total.

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¿A qué género pertenece Cien años de perdón?
Es una película de género coral: un thriller. Nos hemos mantenido siempre fieles a ese concepto y luego hemos adaptado sus giros a los personajes. Al ser un film coral, tienes que encontrar el momento de cada personaje, y juntando esos mimbres Jorge ha conseguido uno de los mejores guiones que han pasado por mis manos.

¿Se ha rodado en decorados construidos o en localizaciones reales?
Todas las localizaciones del interior del banco son reales: la caja fuerte, la sala de las rejas... sólo construimos un cuarto de baño y el túnel que hacen ellos; pero el túnel del metro sí es de verdad, aunque inundado por nosotros, y el centro de mando está en un hotel madrileño. Los espacios siempre son complicados, sobre todo para los actores, y fue muy duro el túnel, con el agua fría… para mí la dificultad consistió en ponerme de acuerdo con el director artístico, para coincidir en lo que teníamos que hacer. Y luego a nivel de producción, costó conseguir los permisos para rodar dentro del metro de Buenos Aires e inundar un túnel.

La fotografía metálica le da un look frío y tenso al film.
He trabajado con Josu Inchaustegui, con quien llevo muchos años haciéndolo, y las coordenadas fueron combinar lo caliente con lo frío: en un ambiente de dominante frío, calentar los rostros de los actores.

¿Cómo se logró el ritmo que requiere una película así?
No hemos hecho grandes cambios en edición: ya en el primer corte estaba la película, aunque luego hemos pulido, cortado alguna secuencia. El montaje se ha ido haciendo mientras rodábamos. Mi montador, Antonio Frutos, estaba con nosotros en Buenos Aires, Canarias y Valencia, y editaba cada día: así, si faltaba un plano, se volvía a rodar. Yo trabajo de este modo: eso ayuda mucho para completar los personajes, aunque en este caso el casting, tanto el argentino como el español, es el gran hallazgo de la película: todos están muy bien. Hemos ensayado en Argentina, en Madrid y por skype, porque hay una secuencia entre José Coronado y Rodrigo de la Serna cuya mitad está rodada en el hemisferio norte y la otra, en el sur: ellos nunca se han visto en persona.

Respecto al argumento de la película, parece que la lealtad, la honradez y la verdad son hoy día especies en extinción. Sí, estamos llegando a unos niveles de bajeza moral absoluta. Pero nosotros jugamos con ello de una manera sutil en el guión, porque en esta película-espectáculo todo el mundo se engaña, se traiciona y se busca las vueltas; pasa entre los atracadores y entre los políticos: tienes que estar muy alerta, porque si no, te roban la cartera. Y había una intención por mi parte de reflejar la España actual, de que eso impregnara la película, porque no se habla de traición o fidelidad, pero está ahí, y hace moverse la trama, pues gira en torno a eso. Todos miran por sí mismo, capaces de traicionar a sus compañeros: hoy vivimos en una selva. Es éste un momento también apasionante, de cambio: yo espero que a mejor. En esta película me he sentido muy protegido por los productores: he trabajado muy libremente y eso se nota, porque la película fluye, pues hemos disfrutado haciéndola.

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