08/06/2016 - Nicolas Winding Refn, director danés y ya figura de culto, habla con orgullo de su retrato despiadado y terrorífico de la belleza en nuestros días titulado The Neon Demon

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crítica
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Q&A: Nicolas Winding Refn
ficha de la película] escandalizó al público del festival de Cannes de 2016, dividió a la crítica y acabó no convenciendo al jurado, que lo dejó volver a casa con las manos vacías. Con todo, Nicolas Winding Refn no se descompone. El director danés, autor de culto desde Drive (ganador del premio al mejor director en Cannes en 2011), habla con orgullo de su despiadado y terrorífico retrato de la belleza en nuestros días. The Neon Demon se estrena hoy en Francia (de la mano de The Jokers y Le Pacte) e Italia (con Koch Media), el día 10 de junio en los países escandinavos y entre el día 23 y mediados de julio en el resto de Europa, Estados Unidos y Canadá. Cineuropa asistió a la clase magistral con tintes de entrevista que mantuvo ayer el controvertido y adorado director en la Università di Lingue e Comunicazione IULM de Milán. Recogemos, por tanto, de la charla con los alumnos moderada por el crítico de cine de Sky Cinema, Gianni Canova, los pensamientos de Refn.

Las reacciones en Cannes
Nicolas Winding Refn: No me esperaba reacción de ningún tipo. The Neon Demon es futuro, una película proyectada hacia el futuro. Creo que se está librando actualmente una batalla entre la creatividad y el futuro del entretenimiento y que se librará sobre todo en Internet. Yo soy narcisista y ser narcisista equivale a tener una creatividad infinita. Me gusta ver los clásicos y destruir todo lo clásico.

Alejandro Jodorowsky ha afirmado lo siguiente: “Nicolas es un artista puro; me salvó de la depresión cinematográfica”.
Me veo como alguien muy afortunado de haber nacido con el handicap de la dislexia. Hasta los 13 años no lograba leer ni escribir. Cuando era pequeño, nos mudamos a Nueva York y yo no entendía el idioma; todo lo que entendía era lo que alcanzaba a ver. Por esta razón, para mí el cine fue un recorrido natural. No era bueno en los deportes, no sé bailar ni cantar y también soy daltónico. Tuve mi primera novia con 24 años. Pero todas estas cosas desarrollaron mi creatividad. Mi tela blanca era el cine.

Reencontrarse en los personajes de cine
Tengo algo de masoquista. Rodé mis primeras películas para capturar la autenticidad; todo giraba en torno a mi ego y mi vida. El cine se volvió una extensión de mí mismo y hay cierto sadismo en autoreferenciarse de tal manera. Ahora dependo completamente de mi mujer, Liv Corfixen. Si uno quiere salir adelante en la vida como hombre, más vale tener una mujer fuerte al lado.

¿Qué hay en The Neon Demon de culto de la celebridad y fetichismo de la imagen?
Yo me acerco a lo que me gustaría ver, como un movimiento constante en base a lo que experimento. Me desperté una mañana y me di cuenta de que no nací guapo. Es natural. Mi mujer es hermosa y me pregunté cómo sería nacer bonito. Pensé la película desde el punto de vista de una adolescente obsesionada con la belleza. Estoy convencido de que hay una adolescente dentro de todo hombre. Y empecé a moverme entre imágenes de mujeres. En la vida real, siempre me gustaron las Barbie vintage y todo lo femenino. Todas las películas que he hecho me han llevado hasta este punto, hasta The Neon Demon.

¿Es entonces Elle Fanning la Barbie perfecta?
No lograba encontrar una actriz con todas las cualidades necesarias para la película. Mi mujer vio una película de Elle y la encontró estupenda. Luego vi fotos suyas en una revista y decidí que era ella. Llegamos a un acuerdo con respecto a la película en pocos minutos. Tenía 16 años, celebró sus 17 durante el rodaje y, cuando llegamos a Cannes, ya había cumplido los 18: ¡la pequeña reina del festival! ¿Cómo se sentirá alguien como Elle? Es fantástico: ella y Ryan Gosling. Es como un ménage à trois sin sexo. 

La fascinación de la violencia
No cabe duda de que la imagen violenta exorciza una parte de ti. La estética de la violencia se vuelve interesante cuando es erotizada: nos excita y a la vez nos genera repulsión pero empezamos a sentir algo. Sexo y violencia: a estos dos elementos se reduce la creatividad. Me preguntan a menudo por qué no pongo escenas de sexo en mi cine. Porque el sexo lo practico y no tengo necesidad de mostrarlo. Con la violencia ocurre lo contrario: debo imaginarla.

(Traducción del italiano)