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Emmanuel Gras • Director

"El esfuerzo enorme que se hace para vivir"

por 

- CANNES 2017: Nos reunimos con el cineasta francés Emmanuel Gras, que estrenó su documental Makala , Gran Premio en la Semana de la Crítica

Emmanuel Gras • Director
(© Aurélie Lamachère / Semaine de la Critique)

Que un documental sea seleccionado en competición para la Semana de la Crítica del Festival de Cannes es algo que no se ve muy a menudo. Makala [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Emmanuel Gras
ficha de la película
]
de Emmanuel Gras tiene  la originalidad de estar rodada en el Congo, pero sobre todo se trata de un filme cautivador inmerso en la vida de un heroico vendedor de carbón y madera. Nos encontramos con el cineasta en la Croisette.

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Cineuropa: ¿De dónde viene la idea de hacer una cinta sobre este personaje y en este país?
Emmanuel Gras:
Había participado en varios rodajes en la República del Congo como director de fotografía y veía a gente que vivía de transportar cargamentos de carbón y madera en sus bicicletas. Es el caso de muchos lugareños de alrededor de las ciudades y esto ha creado un gran problema de desforestación. La mayor parte de los aldeanos viven del cultivo de alimento y del carbón y la madera. Cuando vi esos cargamentos y que algunas personas venían de tan lejos con ellos, me dije: ¡Menuda locura! ¿De verdad hacen tantos kilómetros cargando con eso? Esto me intrigó, me interesó y sobre todo me dije: ¡Menudo esfuerzo tienen que hacer! Tenía ganas de verlo, de conocerlo y, después de haber constatado que no me equivocaba y que las distancias eran grandes, de compartirlo. Fue una especie de asombro ante el enrome esfuerzo que se hace para vivir.

Esta parte sobrehumana, ¿cómo querías filmarla?
Al principio, el proyecto trataba de alabar este esfuerzo, de alabar a Kabwita después de haberlo conocido, de alabar a cualquiera que hiciera este trabajo. Sabía que quería filmar toda su magnitud, que no fuera algo que simplemente "fuera duro", sino hacer al espectador partícipe y que sintiera esas sensaciones. Entonces hay un cierto onirismo porque más allá de observar y compartir un esfuerzo, hay una belleza en este trabajo que yo quería transmitir. Cuando grabamos, empecé a darle vueltas, quería tener ideas y cuando encontraba cualquier cosa que quería expresar, lo llevaba hasta el final.

La bicicleta es un personaje en la cinta...
Quería que existiera físicamente. Hemos trabajado mucho con Manuel Vidal, el ingeniero de sonido. Pusimos un micrófono en la bicicleta y grabamos el sonido detalladamente, la fricción. Quería que tuviéramos la impresión de que era como un barco que está siendo empujado, remolcado, y lo hicimos así porque de esta manera es cómo nos damos cuenta del estado de la bicicleta y del peso de las bolsas. Básicamente, siempre busco sensaciones. Kabwita también llevaba consigo un micrófono de alta frecuencia para captar su respiración, ya que quería tener todos los detalles posibles de los sonidos que correspondían a la acción.

¿Qué hay de la construcción del filme en tres partes con los preparativos, la ruta y la ciudad, tres ambientes diferentes? ¿Se han desarrollado durante el rodaje y la edición?
Desde el principio sabía que tendría tres partes, pero no las lograba identificar, esto fue lo que pasó en la primera parte del pueblo. Sabía que era una periodo largo, aunque en la película tenemos la impresión de que es muy rápido, de hecho lleva semanas conseguir el carbón. Mi idea inicial era que la primera parte fuera un pequeño prólogo, ya que lo que me interesaba era la ruta. Y también pensé que la ciudad sería el final, que la venta de carbón se finiquitaría allí. Al final, estas dos partes, la primera y la última, se graban para que veamos el trabajo que tiene que hacer Kabwita para obtener el carbón, sé que faltan algunas etapas: la tala del árbol, la construcción del horno, su iniciación, la recolecta del carbón. En lugar de esto, filmamos varias escenas de la vida en el pueblo, pero las he eliminado. Me di cuenta de que era innecesario. Quería quedarme con lo esencial de la trama narrativa que, de golpe, es un poco ficticia porque cuando nos centramos en una acción, ésta parece ficción. En los documentales estamos acostumbrados a mostrar la vida, pero yo fui más allá, se convirtió en una crónica de la vida del pueblo y nos alejamos de la intención de la película.

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(Traducción del francés)

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