23/03/2010

Casi como una respuesta a las dramáticas imágenes de la revuelta de los jornaleros africanos en la localidad calabresa de Rosarno del pasado mes de enero, el alemán Wim Wenders muestra en Il Volo un milagroso ejemplo de acogida que nació en esa misma región del sur de Italia hace más de diez años, cuando una comunidad curda se asentó en la localidad costera de Riace.

Wenders al principio tenía pensado un corto de siete minutos basado en un relato de Eugenio Melloni, pero, a raíz del encuentro con un pequeño refugiado afgano, se ha convertido en una producción de 32 minutos a caballo entre el documental y la ficción. Il Volo es una reflexión, guiada por la voz en off del mismo Wenders, sobre la inmigración que se transforma en un recurso. “La vida de esta gente era mucho más importante que la ficción que estaba rodando”, ha explicado el realizador alemán durante la presentación de la obra en Roma.

La película, que ha gozado del apoyo de la administración regional, la coproducción de la Film Commission local y el patrocinio de la Alta Comisaria de la Naciones Unidas, ha sido rodada en 3D con la dirección de estereofotografía de Giampiero Piazza y Francesca Tornimbeni y la fotografía de Romano Albani. “Hoy día, el 3D se utiliza como herramienta que amplifica la fantasía, nos lleva a mundos leganos y nos hace viajar”, ha dicho Wenders, uno de los primeros cineastas europeos que ha experimentado con el digital. “Pero estoy seguro de que en breve será muy utilizado en el cine documental, ya que permite crear una nueva puerta a la realidad, favorece y potencia nuestro acceso a ella”.

Además, ha confirmado que actualmente está trabajado en una película sobre la gran coreógrafa alemana Pina Bausch, fallecida el año pasado, que estrenará posiblemente a finales de año. “Es un trabajo que comencé antes de que enfermase y luego abandoné durante un tiempo. Al final lo he finalizado con el dolor de una amiga que ya no está entre nosotros”, ha concluido.

(Traducción del italiano)