23/09/2009

Estrenado en las salas escandinavas el pasado 18 de septiembre, el segundo episodio de la novela "Millennium" de Stieg Larsson, titulado La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina [+lee también:
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ficha de la película], llega este viernes a Italia distribuido por BIM (el estreno en España está previsto para el 23 de octubre).

La relación de este film con Italia es también de carácter productivo: la compañía Yellow Bird, uno de los operadores más consolidados en la producción cinematográfica y televisiva en Escandinavia y que recientemente ha entrado también en el mercado alemán con una filial en Munich, forma parte de Zodiak Entertainment, la nueva compañía del Gruppo De Agostini, que coordina todas las actividades de producción y distribución de Agostini para televisión y nuevos medios.

La dirección de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina ha sido confiada al sueco Daniel Alfredson(leer el comentario del director consultado por Cineuropa), que toma el relevo del danés Niels Arden Oplev y firma también el próximo, La reina en el palacio de las corrientes de aire [+lee también:
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ficha de la película]. Parece que Alfredson ha dado un toque de mayor crudeza a las imágenes del thriller, con una fotografía (Peter Mokrosinski) más agresiva capaz de exaltar las escenas de violencia que no faltan en esta exitosa trilogía (seis millones de espectadores en la primera entrega). Una trilogía que podemos considerar como la respuesta europea a los innumerables thriller norteamericanos que tienen a malvados asesinos en serie como protagonistas.

La eficacia de la trilogía creada por Stieg Larsson podría residir en la serialidad y por tanto en la fidelidad del público hacia los protagonistas tan bien construidos por Larsson, que ya hemos conocido en Los hombres que no amaban a las mujeres [+lee también:
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entrevista: Niels Arden Oplev
entrevista: Søren Stærmose
ficha de la película]. El periodista económico-investigador Mikael Blomqvist, interpretado por Michael Nyqvist, y la hacker Lisbeth Salander (Noomi Rapace) cuentan con una capacidad de fascinación suficiente para crear un fuerte lazo con el público internacional. Los paisajes y la ambientación escandinava hacen de este un thriller peculiar, aumentan el frió ambiente del cual están dotadas las "historias criminales " más conseguidas.

En Los hombres que no amaban a las mujeres habíamos dejado al protagonista Mikael ocupado en la investigación de una serie de crímenes de carácter nazi, mientras Lisbeth luchaba con el sadismo de su tutor, a la cual había sido confiada a causa de su pasado de violencia. Una nueva inquietante pieza de la infancia de Lisbeth viene revelada en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina : la joven se encuentra con un miembro de su familia que la quiere ver muerta mientras Mikael tratará de descubrir los responsables del homicidio de un periodista de su revista Millennium que estaba indagando sobre el mercado de la prostitución en Suecia. Las dos historias se entrecruzan y los protagonistas se volverán a encontrar nuevamente juntos en su guerra contra el abuso de poder, sobre todo con las mujeres, que parece ser el tema que mantiene unida la trilogía.

(Traducción del italiano)